A seis días de la elección de un nuevo presidente, la policía irrumpió este lunes en las oficinas del FC Barcelona en un dispositivo por presuntos delitos económicos que, según medios económicos, llevó a la detención del exdirigente Josep Maria Bartomeu.

Agentes del área de delitos económicos de los “Mossos d’Esquadra”, la policía de la región española de Cataluña (noreste), acudieron por la mañana a registrar las oficinas del club en el estadio Camp Nou.

“Se están llevando a cabo detenciones”, declaró un portavoz policial, sin dar detalles sobre el número o la identidad de las personas afectadas ni sobre el objetivo de la operación, que los medios españoles vinculan al escándalo del “Barçagate”.

Estos mismos medios señalan que entre los detenidos estaría el expresidente Josep Maria Bartomeu, dimitido en octubre, el consejero delegado Óscar Grau y el responsable de servicios jurídicos Román Gómez.

Una portavoz judicial señaló a la agencia AFP que la operación, bajo secreto de sumario, fue ordenada por la juez que investiga este escándalo desvelado en febrero de 2020 por la radio Cadena Ser.

El terremoto ‘Barçagate’

La investigación de esta emisora -habitualmente bien informada sobre los asuntos institucionales del Barça- desveló que una empresa contratada por el club había impulsado una cuenta de desprestigio contra la plantilla.

De acuerdo con sus pesquisas, varios perfiles en redes sociales controlados por esta empresa I3 Ventures lanzaban mensajes para erosionar la imagen de jugadores como Leo Messi o Gerard Piqué, el exjugador Xavi Hernández o el exentrenador Pep Guardiola.

La prensa señaló entonces que el objetivo de esta campaña era mejorar la imagen de Bartomeu dado que las personas contra quienes se dirigían los mensajes eran críticas con la gestión del presidente, dimitido a finales de octubre.

La radio también demostró que el Barça había pagado un millón de euros (1,2 millones de dólares) en varias facturas a I3 Ventures, de la que se desvinculó tras el escándalo.

La directiva reconoció haber contratado los servicios de esta empresa pero desmintió categóricamente haberles encargado una campaña de difamación.

“El Barça no ha contratado nunca ningún servicio para desprestigiar a nadie (…) Es cierto que a finales de 2017, el Barça contrató un servicio de monitorización de diferentes áreas del club en redes sociales”, se defendió entonces Bartomeu.

El caso provocó un terremoto institucional, con la dimisión de seis directivos de la entidad, y la interposición de una demanda por parte de un grupo de socios contra la junta directiva de Bartomeu por “presunta corrupción y administración desleal” que dio origen a la investigación en curso.

Criticado por un amplio sector de la afición, de la plantilla e incluso de la directiva, Bartomeu y lo que quedaba de su junta directiva dimitieron a finales de octubre cuando estaban a punto de ser cesados por una moción de censura.

Su mandato de seis años y medio, iniciado de forma accidental por la dimisión de su predecesor Sandro Rosell por otro escándalo, han quedado marcados por numerosos problemas judiciales, conflictos con la plantilla y un evidente declive a nivel deportivo.

A punto estuvo de dejar como legado la pérdida de la leyenda Leo Messi, que trató de rescindir en agosto su contrato de forma unilateral, decepcionado con los resultados del equipo y las decisiones de la directiva, entre ellas prescindir de su amigo Luis Suárez.

La operación policial se produce a seis días de las elecciones a la presidencia del club previstas el domingo, en la que los socios (propietarios-aficionados del club) deben escoger entre Joan Laporta, expresidente entre 2003 y 2010, Victor Font y Toni Freixa.