En paralelo a sus labores como arquero, Johhny Herrera, se luce como inversionista inmobiliario. Lo llamativo es que no es algo nuevo, sino que algo que practica el portero desde hace años.

Todo partió cuando a sus 18 años, cuando recibía sus primeros sueldos como jugador de Universidad de Chile, buscaba arrendar un departamento. Gracias a la recomendación del Gerente de Finanzas del club, se compró un inmueble y de ahí comenzó un camino que le ha traído buenos dividendos.

“Gracias a Dios me fue relativamente bien en el fútbol y me di cuenta de que tenía harto crédito en los bancos. Y obviamente me aproveché de la situación y pedí créditos hipotecarios. Hice varias inversiones de compras de departamentos y, como eran varios, no podía administrarlos yo solamente”, dijo el jugador de Everton en conversación con el diario Las Últimas Noticias.

Su mano derecha es Pilar, su corredora de propiedades. Con ella ha buscado a estudiantes como principales arrendadores, quienes por fortuna, han sido responsables con los pagos.

Johnny además, ha estado preocupado de sus clientes, sobre todo en época de pandemia: “Obviamente había gente que no podía pagar, pero hablé con Pilar y le dije que les hiciera llegar un mensaje: que el que no podía pagar, lo hiciera cuando pudiera y, que si no podían, bueno mala suerte nomás (que no le pagaran)”.

De hecho, si bien hubo gente que le quedó debiendo, con el pasar del tiempo se se fueron poniendo al día: “Es súper entendible, pero es primera vez que me pasa en 15 o casi 20 años”.

Tips para dedicarse a los departamentos

Según cuenta Johnny, una de las claves de su éxito como inversionista inmobiliario es que no sube los precios de sus arriendos. De hecho tiene arrendatarios con él desde hace 10 años.

Tampoco pide aval, solo el respaldo anual y los meses por los que durará el contrato de arriendo. Eso le ha servido para mantener la confianza con sus clientes.

Con respecto a otros tips, Johnny también recomienda tener ojo en el piso del departamento: “Trato de no comprar ni en el primer ni en el segundo ni en el tercer piso, porque generalmente en esos pisos corres más riesgos de que se te metan a robar. Casi siempre compro desde el cuarto y hasta el séptimo piso”.

Por otro lado, tampoco comprar en pisos muy altos, porque las personas detestan esperar mucho por el ascensor, y que prefieren subir escaleras.