“Fue una experiencia muy traumática”. Así recuerda el excapitán de Deportes Concepción, Patricio Almendra, la madrugada del 27 de febrero de 2010. El terremoto y posterior tsunami lo hizo poner a prueba su liderazgo, más allá de la cancha de fútbol.

“Fue una locura total. Con mi señora y mis dos hijas salimos de la casa en el condominio donde vivíamos y se había derrumbado el cerco, que era de adoquines. Eso fue en el momento, pero siento que lo peor fue lo que vino después”, relató Almendra a AS Chile.

El otrora futbolista se refería a los saqueos e incendios que vinieron posterior a la tragedia que azotó con mayor fuerza a la Región del Biobío. “Siento que sacamos lo peor de lo nuestro. Eso fue más fuerte y traumático que el mismo terremoto, por lo menos acá en Concepción”, agregó.

Fue lo peor, se generó una psicosis colectiva. Es como lo que está sucediendo ahora que están diciendo cuidado que en marzo va a quedar la escoba. En ese momento no sabíamos lo que había sucedido en Talcahuano (el tsunami), por ejemplo”, recuerda el ayudante técnico de Jorge ‘Peineta’ Garcés en Fernández Vial.

patricio almendra
AGENCIA UNO

El exjugador de clubes como Unión Española, Santiago Morning y Huachipato es sincero sobre la experiencia: “No es un recuerdo muy grato (…) No es que uno sea miedoso, pero ese ese día la sensación de inestabilidad y vulnerabilidad fue muy grande“, indica al citado medio.

Alojó a compañeros

Patricio Almendra señala que al día siguiente del sismo y posterior tsunami fue a ver cómo se encontraban sus compañeros: se encontró con un triste panorama. el uruguayo Luis D’Agostini y el brasileño Nasa, quienes estaban listos con sus mochilas para irse tras la catástrofe.

“Fue terrible para ellos, nunca habían vivido algo parecido. Sólo querían irse”, indicó Almendra, quien finalmente los convenció de quedarse. Junto con eso, les ofreció su hogar para que pudieran reponerse.

“Estuvieron conmigo un mes y medio hasta que pasó todo. Vivieron con nosotros y nadie se preocupó de nada, sólo de contenerlos”, cerró el recuerdo Almendra, quien confesó haber preferido “nunca haber vivido” esa situación.