Tras una serie de eventos desafortunados que marcaron la salida de Mauricio Pinilla de Universidad de Chile, el ariete ya ha encontrado la calma en su nuevo club, Coquimbo Unido, el cual lo anunció como nuevo refuerzo a principios del presente año.

Hoy, el delantero tiene otro estilo de vida, en el que ve menos a sus hijos y a su querida Gissella. Ya lleva casi tres meses viviendo en un departamento en Las Tacas frente al mar y contó un poco cómo ha sido su experiencia durante este tiempo.

En una entrevista con LUN, reveló que “lo que más me gusta es la tranquilidad… Busqué un lugar que no estuviera tan metido en la ciudad misma. Es súper cómodo, estoy a quince minutos en auto del club. Además, estoy en primera línea frente al mar, que me encanta…”

Pese a haberse manifestado bastante alegre con respecto a su experiencia en la IV región, Pinigol asegura que “la lejanía con los niños ha sido lo más complicado”. Sin embargo, el artillero ha podido rescatar los aspectos más positivos de su experiencia en la zona. “Con mi señora ha sido como un pololeo. Viene dos días a verme, todas las semanas… cada reencuentro semanal es súper emocionante. Eso le ha dado una magia, un toque lindo a la relación”.

Mauricio se proyecta en su nuevo trabajo y cree que es importante mantener, de momento, la dinámica familiar tal cual está. “Tengo contrato hasta fin de año y creo que seguiremos así. Estuvimos dos años esperando que nos entregaran la casa que construimos en Santiago y mover a los niños de su colegio, es difícil. Tengo que darles la estabilidad que no les di en Europa. No quiero alterar eso, sería irresponsable”, expresó.