Profundamente afectada está la familia real británica, luego que la mañana de este viernes se informara el fallecimiento del duque de Edimburgo a sus 99 años.

Tras ello, el Castillo de Windsor ha permanecido en constante movimiento, pues sus hijos Carlos, Ana, Eduardo y Andrés, se han trasladado para acompañar a su madre, la reina Isabel II en la partida de su compañero de vida.

El primero en llegar fue el príncipe Carlos, quien se trasladó en su auto desde Highgrove House, residencia donde ha permanecido durante toda la pandemia junto a la duquesa de Cornualles. Una distancia que lamentó hace algunos meses en una entrevista, señalando que era lo que más le afectaba de la alerta sanitaria.

Sin embargo, Carlos no fue el único que llegó a acompañar a su madre, sino que también lo hizo el príncipe Andrés, del que, según informó Vanitatis, aún no se sabe cuál será su papel en los actos públicos en la despedida de su padre.

A su vez, el príncipe Eduardo también arribó al Castillo de Windsor junto a su esposa Sophie de Wessex, quien se mostró profundamente afectada por la muerte del duque de Edimburgo, conversando incluso con la prensa y el público que estaba a las afueras del recinto.

Lo anterior, pues el matrimonio bajó la velocidad de vehículo y las ventillas para agradecer las muestras de cariño y condolencias entregadas a la familia real británica, mientras la condesa tenía sus ojos llenos de lágrimas.

“Es asombrosa”, contestó brevemente a la prensa sobre el actual estado anímico de la reina Isabel II, sin entregar mayores detalles y retirándose del lugar.

Cabe mencionar, que el príncipe Felipe pidió un funeral modesto y que su cuerpo no fuera velado en público, por lo que no habrá la tradicional capilla ardiente en la que los ciudadanos pueden ver su ataúd y despedirse de él. En lugar de ello, su cuerpo yacerá en el castillo de Windsor, siendo el día de su responso trasladado desde la Capilla de San Jorge.