La desaparición de Tamara Belén Zurita Ortega (21) llegó a su fin. Durante la tarde del jueves, el Servicio Médico Legal (SML) de Concepción confirmó que los restos óseos encontrados el miércoles en un islote del río Bío Bío, corresponden a la joven desaparecida desde la ribera el martes 25 de septiembre, a la altura de los Altos de Chiguayante, en el Gran Concepción.

Previo a la oficialización, a primera hora del jueves, los padres y el abuelo materno de Tamara, Óscar Ortega, revisaron en el SML la ropa y accesorios encontrados junto a los restos: un polerón, una pulsera artesanal y un piercing.

“Algunas de las vestimentas son coincidentes a las de Tamara. Son muy coincidentes. El dolor ha sido terrible durante todo este tiempo. La familia está devastada”, admitió Ortega.

Por su parte, el equipo multidisciplinario desplegado por el SML penquista resolvió rápido el enigma, en parte, gracias al valioso aporte del dentista tratante de Tamara.

“Acudió aquí al Servicio. Y junto con el odontólogo forense hicieron un trabajo en conjunto” que permitió la confirmación, según explicó Carla Aldana, directora regional (s) del SML. “En este caso no pudimos obtener las huellas digitales, por el estado del cuerpo”, añadió, mientras que “la muestra de ADN va a ser enviada al laboratorio del Servicio Médico Legal en Santiago”.

Muerte accidental o voluntaria

Eso sí, rápidamente, los análisis descartan un crimen. La joven ingresó al río de manera accidental o voluntaria, por lo que no habría delito a investigar, aseguró el fiscal jefe de Concepción, Jorge Lorca.

“Descartamos a priori la posibilidad de intervención de terceros. No había ningún indicio de todas las declaraciones, de todos los informes que recabamos, de todos los análisis que hicimos de su correspondencia, de sus redes sociales, no hay ningún elemento que (permita pensar que) ella haya tenido alguna disputa con alguna persona. Pero debe ser ratificado por el informe tanatológico, la autopsia que va a hacer el Servicio Médico Legal”, detalló.

En tanto, el islote donde un veraneante encontró los restos de Tamara, dos kilómetros río abajo de donde desapareció, estuvo cubierto por las aguas hasta hace poco y fue recorrido por los equipos de búsqueda en varias ocasiones, apuntó el comisario Jorge Abatte, de la Brigada de Homicidios de la PDI.

“El caudal del río en esta época del año es bastante bajo. La vegetación que está en este momento en ese lugar, de acuerdo a los indicios que tenemos, no se encontraba en meses anteriores”, detalló.