La muerte de Nicanor Parra el 23 de enero generó una serie de polémicas familiares que están lejos de acabar. Poco después de su muerte sus hijos comenzaron una disputa por el testamento del escritor, situación que dividió a la familia.

El 6 de junio los hijos mayores del antipoeta, Catalina y Alberto Parra, acudieron al 24° Juzgado Civil de Santiago para solicitar la anulación del testamento a raíz de un conflicto que mantienen con sus hermanos menores, Juan de Dios, Ricardo, Francisca, y Colombina Parra, quien es encargada de hacer cumplir la voluntad de su padre.

Pero lejos de acabar esta delicada situación, durante la jornada de este martes Cristóbal Ugarte, nieto del fallecido profesor, disparó contra la mayor de sus tías a través de las redes sociales. “Qué vergüenza de ser humano es Catalina Parra“, expresó frente al escándalo.

También se refirió a una situación que involucró a Catalina con los óleos de la cantautora Violeta Parra. “El 2011 protagonizó este atentado a la obra de Violeta Parra y ahora pretende que Chile le crea algo“, continuó el autor de El Hombre Imaginario. “Qué triste es ver cómo una persona que se jacta de ser artista visual se desquite de esa manera con los óleos de la más grande de las artistas chilenas de todos los tiempos“, agregó.

A su vez aseguró que su tía “decepcionó profundamente” a su abuelo durante sus últimos años de vida. “Hay mucho morbo e interés por culpar a alguien en esta película. Lo cierto es que el único que puede juzgar a Catalina es su propio padre, quien afortunadamente hizo este juicio desde mucho antes de morir“, indicó ‘Tololo’ en un mensaje que compartió por Facebook.

Ahora quiere vender todo, y pasar por sobre la voluntad de su padre de conservar sus casas como museo, como ‘lugares sagrados’. Quieren pasar la retroexcavadora por encima de las pisadas de Nicanor, Violeta, Roberto, Lalo, Lautaro, Hilda. Pero se van a encontrar con toda la familia defendiendo lo que ella se farreó“, enfatizó al final del texto el hijo de Colombina Parra.

Cabe precisar que la disputa comenzó al descubrirse que Nicanor dejó estipulado en su testamento que el 58,3% de su herencia lo recibiría su hija menor, ya que le había dejado la ardua tarea de oficiar como su albacea, es decir la encargada de hacer efectivas las peticiones de su padre una vez fallecido.