Van siete días desde que la pequeña Emmelyn Canales desapareció desde su casa en Licantén. La niña de 11 años habría sido secuestrada por José Manuel Navarro de 31 años, quien estuvo condenado por abusos sexuales.

La menor vivía en un pequeño sector donde todos se conocían. Le gustaba jugar con sus primos y junto a su hermano pequeño Cristóbal, a quien siempre cuidaba, sobre todo cuando su madre se iba a trabajar, tal y como consigna el diario La Cuarta.

“Todos los días salgo a las 8.00 de la casa y no llego hasta las 9 de la noche”, señaló Sandra Vidal, quien dejaba a su hija al cuidado de sus padres Rafael y Norma Herrera.

El día jueves, previo a su desaparición, Emmelyn se levantó en la mañana y su primera actividad fue sentarse frente al televisor para ver dibujos animados, y comer un sándwich. “Le gustan mucho los de palta, aunque por esos días tenía ganas de aprender a cocinar huevos”, relató la abuela de la menor.

Después de almorzar, la niña junto a sus tíos Marcos y Verónica Vidal, se fueron de paseo a la playa. “Llegamos casi juntos a la casa y a Emmelyn le saqué la arena y la acosté”, agregó la madre de la niña.

El día de su desaparición, la menor estuvo ayudando en las labores de la casa, como lo hacía cotidianamente. “Es muy hacendosa mi niña, sin que uno se lo pida la podías ver ordenando sus cosas o haciendo su camita”, agregó su abuela.

La tarde de aquel viernes parecía normal, hasta que José Navarro Labbé llegó hasta a la casa de los Vidal, para hablar con el abuelo. “A mí nunca me dio confianza ese tipo… Era una persona que hablaba muchas cosas raras, sobre hechizos… Cuando se aparecía yo tomaba a mis niños y me iba a la pieza para evitarlo”, agregó Sandra.

Aquella tarde, “el brujo” le aseguró al abuelo, que la niña de 11 años tenía capacidades especiales para encontrar tesoros. Por este motivo, tomaron una pala y junto Emmelyn se fueron en búsqueda del supuesto “valioso botín”.

Esa fue la última vez que los familiares vieron a la menor, tras su misteriosa desaparición.