El suceso tuvo lugar en General Roca, en Argentina, donde la valentía de la muchacha para afrontar la situación le salvó la vida.
Guadalupe Sanz caminaba rumbo a su casa después de visitar a un amigo, recorrido que -entre un punto y otro- era de solo de 6 cuadras, según consignó el medio trasandino Todo Noticias.
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Cuando estaba cerca de llegar a su residencia, vio a un sujeto en bicicleta acercándose, quien la empezó a seguir. Ella intentó perderlo cambiando de calle, sin embargo, la alcanzó y le dijo: “Si gritás te pego un tiro”.
En ese momento Guadalupe hizo lo que parece la opción más lógica, pero al mismo tiempo la más valiente: comenzó a correr y a gritar. El chofer de un vehículo que pasaba cerca escuchó los gritos y se detuvo. La joven le contó y él la rescató llevándola hasta su casa sana y a salvo.
“¿Qué pasaba si yo era de esas personas que el miedo las paraliza? Este hijo de la mierda me agarraba, me arrastraba hasta el descampado que está ahí nomás y me violaba. Quizás me pegaba un tiro. Y aparecía muerta, como otras tantas”, aseguró.
A lo anterior agregó: “Pero ellos no están preparados para que los enfrentemos, para que luchemos, gritemos y corramos por nuestras vidas. Yo ya tenía las llaves entre los dedos para defenderme. Lo puteé en la cara y lo amenacé antes de huir. No le tengo miedo a la muerte. Tengo ira”.
El relato lo hizo a través de Twitter, donde su publicación suma más de 3 mil 400 retuits.
Sin duda alguna, la decisión de Guadalupe fue lo que hizo que el día de hoy no haya un nuevo caso de violación o quizá de asesinato. También dio las características del hombre:
Chicas de General Roca: el hombre que me atacó tenía entre 35 y 45 años, tez morena, cabello oscuro rapado en la nuca al estilo tumbero, remera de la selección con un 10 en la espalda, bermuda oscura, zapatillas, bolso de aguayo rojo, naranja y amarillo, bici de paseo roja.
— Guadalupe Sanz💚 (@_guadalupesanz) 17 de enero de 2019
La contextura física era mediana y la cara de rasgos cuadrados. Sin tatuajes u otro signo identificable. Y la mirada, inolvidable: la de un depredador. CUIDENSÉ.
— Guadalupe Sanz💚 (@_guadalupesanz) 17 de enero de 2019
La joven además hizo un llamado a las mujeres para que sean más empoderadas en estos casos:
“Consejo a todas: no tengan miedo. Vayan atentas, siempre armadas, escuchando su intuición y teniendo presentes vías de escape. No se paralicen; ataquen, corran, griten con todas sus fuerzas. Mueran peleando si hace falta. Pero no se rindan. Jamás se rindan”.
Para su sorpresa, el propio conductor que la salvó -identificado como Lucio- le respondió en el hilo de Twitter donde narró lo que le ocurrió.
“Me alegra mucho que estés bien, y que hayas tenido la valentía de enfrentar una situación tan fea. Volvería a frenar el auto una y mil veces más, porque sé lo difícil que es el día a día para ustedes. No mirar para el costado en situaciones así es la manera que tenemos de ayudar en su lucha. Te mando un abrazo y espero que vos y todas las pibas puedan caminar en paz de una vez por todas”, enfatizó.
Me alegra mucho que estés bien, y que hayas tenido la valentía de enfrentar una situación tan fea. Volvería a frenar el auto una y mil veces más, pq se lo difícil que es el día a día para ustedes. No mirar para el costado en situaciones así es la manera que tenemos de ayudar en
— Lucio Cuccarese (@llcucca) 17 de enero de 2019
Finalmente, Guadalupe agradeció la posibilidad de reencontrarse con él. “Justo pensaba en que me hubiera gustado conocerte e ir a agradecerte. Si vos no hubieras parado ese tipo me hubiera agarrado en la siguiente esquina. Nunca me voy a olvidar de vos y tu gesto. Mil gracias”.
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Su experiencia denunciando:
Según contó en su cuenta tras ir a la policía, quien “me tomó la denuncia era un machirulo sin ganas de trabajar que intentó desalentarme de denunciar, apenas me prestó atención, cuestionó mi relato y lo redactó mal. Por cuestiones como estas las mujeres no queremos denunciar“.
Pero no fue lo único, pues acusó burocracia: “Tema aparte, también, es la burocracia del sistema: a la primer comisaría fui a hacer la denuncia media hora después del hecho. De ahí me mandaron a otra luego de las 21hs. De esa me mandaron a una tercera. Terminé denunciando a las 23hs. Y el agresor, prófugo“.
Por último, contó que fue a la Brigada de General Roca a reconocer fotos, pero “no pude identificarlo a mi atacante. Fueron más de 1800. Pero no estaba en ellas. Lo recuerdo claramente. En estos días veremos junto a Criminalística si podemos elaborar un identikit”.