Hace una semana un brutal crimen remeció a la localidad Okmulgee, en Oklahoma, Estados Unidos, luego que una madre confesara haber disparado a dos de sus hijos mientras dormían.

Amy Leann Hall, de 38 años, señaló a las autoridades policiales que mató a sus hijos para protegerlos de su padre “abusivo”, y aseguró que una vez que terminara con la vida de los tres tenía pensado suicidarse, consignó el medio estadounidense Fox News.

Durante la noche, la mujer tomó el arma y fue primero al dormitorio de su hijo mayor de 18 años, Kayson Toliver, a quien disparó en su cabeza mientras dormía.

Luego, fue donde su otra hija de 16 años a quien también le disparó. En este caso, la adolescente no murió de inmediato y agonizó durante tres días hasta que finalmente falleció.

Cuando la mujer se dirigía hacia la pieza de su tercer hija, el ruido de los disparos la alertó y la niña de 14 años logró esconderse en el baño. Allí permaneció varios minutos, donde dialogó con su madre, asegurándole que todo estaba bien y que saldría de su escondite para seguir conversando. Y fue cuando abrió la puerta que la adolescente se lanzó sobre ella y logró quitarle el arma.

Tras esta dramática situación, la mujer tomó el auto y escapó, sin embargo, su hija menor logró avisar a la policía y los uniformados pudieron detenerla y llevarla bajo custodia. Una vez en la comisaría, confesó sus crímenes.

Según el mismo medio citado anteriormente, la madre y su exesposo estaban separados y se encontraban en juicio por la custodia de sus hijos, y ella el mes pasado había presentado una solicitud para quedarse con la custodia total de los tres, pese a que en 2016, el hombre había presentado ante los tribunales un documento que indicaba que Hall era “mentalmente inestable” y tenía una “personalidad abusiva”.