Un terrible caso de tortura tuvo lugar en la ciudad asiática de Fergana, en Uzbekistán, luego que una madre llevara de urgencia a su bebé de 11 meses.

El menor de edad presentaba en su cuerpo 16 agujas de coser, aunque su progenitora no lo sabía y lo llevó hasta el hospital porque presentaba fiebre y problemas para orinar.

De acuerdo a lo que consignó el medio inglés Metro, en primera instancia los médicos creyeron que se trataba de neumonía, pero tras una serie de exámenes, incluidas radiografías, se pudo ver cómo tenía alojadas las agujas en su corazón, cuello, columna vertebral, colon y vejiga.

Tras revisar al menor de edad, los médicos aseguraron que las agujas fueron introducidas en el cuerpo del niño por una persona, descartando que se las haya tragado.

Afortunadamente, tras una operación que duró nueve horas, los cirujanos pudieron remover 13 agujas de su organismo, las potencialmente mortales. Nueve estaban alojadas en su abdomen, tres en el corazón y una en el cuello.

Las otras tres permanecen en su cuerpo pero pronto serán eliminadas. Además, no representan riesgo mortal.

Paralelo al drama médica, la policía de Ferganá, inició una investigación sobre el caso y el o los responsables de haber introducido estas agujas en el niño.

Sollozando, la madre señaló que su esposo trabaja en el extranjero, en Rusia, y que ella vive solo junto a su madre y su hijo. “Nunca tenemos visitas de extraños. No sé cómo sucedió esto“, indicó.