Una madre de Reino Unido mató a puñaladas a su vecino de 77 años, luego de descubrir que había abusado sexualmente a tres de sus hijos menores de edad.

El hecho ocurrió en 2014, la mujer se declaró culpable y fue condenada a siete años de prisión. Ahora, ya en libertad, habló junto a sus hijos por primera vez públicamente.

Hace siete años, Sarah Sands tomó dos botellas de vino para “darse valor”, fue a la casa de Michael Pleasted en un barrio de Londres con una capucha cubriéndole la cabeza, y con un cuchillo en mano lo asesinó de ocho puñaladas.

Sands había descubierto una semana antes del hecho, que Pleasted había abusado de su hijo mayor de 12 años, Bradley, y de sus gemelos de 11, Alfie y Reece.

El anciano solía frecuentar a los menores de edad, ya que tenía la confianza de la familia por su simpatía, pero todo cambió cuando los pequeños rompieron el silencio.

La mujer fue captada por las cámaras de seguridad del edificio en el que vivía el pedófilo. Veinte minutos después salió de su departamento, ubicado en el tercer piso.

Posteriormente, regresó a su casa, se quitó la ropa manchada de sangre y fue a ver a su hijastro. Allí confesó el crimen y le mostró el “cuchillo de cocina de unos treinta centímetros de largo”, que también tenía sangre por todas partes.

Pleasted no solo había violado a sus tres de sus hijos, sino que también había agredido sexualmente a otros jóvenes. Ya había sido condenado por 30 años por estos delitos, pero en ese momento estaba en libertad condicional, con una identidad falsa.

Robin Moult
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Sarah y sus hijos rompieron el silencio

Tras cumplir cuatro años en la cárcel, la señora Sands brindó una entrevista a la BBC, donde se mostró arrepentida de haber matado a su vecino.

“Hice lo que cualquier madre haría”, dijo. También sostuvo que Pleasted -Moult- nunca se mostró arrepentido y le había dicho que “sus hijos estaban mintiendo”. “Para los pedófilos, si tocan a los niños, tiene que haber consecuencias”, consideró la mujer.

“Y esconderse detrás de los cambios de nombre… hay que quitárselo. Hay que prohibirles el derecho a cambiar de nombre”, expresó sobre el vacío legal que rige en Gran Bretaña, y que permite que los delincuentes sexuales condenados puedan cambiar su identidad por escritura pública.

Sarah Sands asesinó a violador de sus hijos
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Por su parte, sus hijos defendieron el accionar de su madre. “Pensé en quitarme el sombrero… No voy a negarlo”, se sinceró Bradley, sobre lo que se le vino a la mente cuando se enteró lo que había hecho Sarah.

Reece, uno de los gemelos, afirmó que “era agradable saber que estaba muerto”, pero eso “no impidió ningún pensamiento posterior”. Y profundizó: “A menudo nos despertábamos llorando, diciendo, ‘¿dónde está mamá?’’.

Finalmente, Sarah insistió en que nunca tuvo la intención de matar al abusador de sus hijos. “Me di cuenta de que había cometido un gran error. Mi mundo entero se congeló; yo tenía el cuchillo en la mano izquierda y recuerdo que él trató de agarrarlo”.

Cabe señalar que horas después de aquel hecho que la marcó para siempre, la mujer se entregó a la Policía y, durante su reclusión, los niños se criaron con su abuela.