El pasado viernes, se realizó un allanamiento simultáneo a 18 cárceles a nivel nacional, en las cuales se incautaron alrededor de 623 armas blancas, además de 274 celulares y más de 186 litros de licor fabricado artesanalmente.
Dicho procedimiento fue realizado en las 16 regiones del país, y participaron 1.526 funcionarios de Gendarmería. Este es el tercer operativo de estas características que realizó el Ministerio de Justicia este año. Los dos anteriores fueron en junio y julio.
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La ministra de Justicia, Marcela Ríos, habló en Meganoticias Alerta sobre los allanamientos, donde se refirió a los detalles de los procedimientos.
“Desde que asumimos el gobierno, constatamos que teníamos que abordar con mucha prioridad el tema de la seguridad de los recintos penitenciaros“, afirmó.
También comentó que “estamos eligiendo los recintos de manera distinta, un poco al azar, pero concentrándonos en los que tenemos mayores problemas”.
“Esto, lo que nos permite, es generar mejores condiciones de seguridad, no solo para las personas privadas de libertad, porque tanto las armas blancas como las drogas fomentan la prosecución de otros delitos al interior de los recintos, sino también para el propio personal de Gendarmería”, agregó la autoridad.
Celulares en las cárceles
“Hay todo un sistema de tirar drogas, teléfonos, alcohol, comida, otro tipo de cosas desde fuera de los recintos y eso estamos controlándolo en coordinación con Carabineros”, prosiguió.
Para intentar detener el ingreso de objetos desde fuera, se han tomado medidas como instalar mallas y fortalecer la altura de las murallas.
Además, la ministra afirmó que “estamos trabajando para fortalecer la tecnología que tenemos para mejorar la revisión de las personas que ingresan a los recintos”.
“Estas tecnologías son esenciales, ya que las revisiones de tacto no pueden reemplazarlas, porque no solo se revisa lo que se tiene encima, sino si te has tragado algo o tienes algún chip de teléfono”, comentó.
Infraestructura y reinserción
La ministra Ríos comentó que se está trabajando en modernizar los recintos penitenciarios. “Este proceso implica que los lugares de los gendarmes sean adecuados, que haya suficiente espacio para que las personas privadas de libertad estén separadas entre los primerizos y con los más peligrosos“, dijo.
Agregó que es importante que “que tengan patio, porque si tenemos a las personas hacinadas, es un foco para mayor criminalidad”.
“Necesitamos invertir en estos espacios para fomentar la reinserción social, el 42% de las personas que entran en una cárcel vuelven a cometer delito”, afirmó.
“En reinserción tenemos todo un plan con perspectiva de género, tenemos una preocupación particular por las mujeres madres de niños pequeños. No podemos castigar a la niñez por un delito, error o falta grave que cometen sus madres. Para nosotros es muy importantes asegurarnos de no generar quiebres familiares”, aseguró.
