Este lunes, varios comerciantes ambulantes fueron sacados de la Plaza Maipú, tras la orden del Gobierno y la municipalidad.

Esto derivó en varias protestas, ya que decenas de personas, incluyendo los que acusaban tener permisos, quedaron sin sus puestos de trabajo.

Una de las afectadas fue Bernardita, una mujer que no contaba con la autorización para poder trabajar de manera ambulante, pero que no le quedaba de otra por su delicada situación.

Esta señora se movilizaba con muletas, por un grave accidente que sufrió: “A mí me botó un Transantiago. Me caí de una puerta y se me rompieron las dos piernas. Tengo prótesis y uso muletas. No me pagaron un peso y yo dependo de este trabajo”.

En conversación con Mucho Gusto, Bernardita expresó que tiene un hijo de 10 años, por lo que necesita el dinero para poder pagar su educación y alimentación.

“Tengo un miserable pensión de 70 mil pesos, no es nada. No me puedo poner en la calle ahora, porque me pueden llevar presa”, acusó.

“Es desesperante esta situación. A mí me han dicho que me van a dar un trabajo, me van a dar un puesto, pero nada”, agregó muy afectada.

Al borde de las lágrimas, esta vendedora de ropa expresó que está a la espera de una operación en su cadera, mientras junta dinero para pasar el día a día.

“Ni siquiera tengo una casa donde vivir, vivo de allegada. Esto es un tormento para mí, todos los días, que alguien se ponga la mano en el corazón”, comentó muy afectada.

“Yo vivo de esto, hoy no puedo hacer nada. Voy donde amigas a almorzar, porque no tengo dónde comer. La realidad es así, es desesperante. Cuando tu hijo te dice que necesita zapatillas, pero no hay”, sentenció.