Una compleja situación quedó al descubierto en el denominado “edificio maldito”, ubicado en Huérfanos 1400, en el centro de Santiago, tras el crimen que aconteció la madrugada del jueves.

Recordemos que un hombre de aproximadamente 30 años, que presentaba múltiples disparos, fue hallado muerto en el estacionamiento subterráneo del lugar.

Asimismo, se dio a conocer que varias personas están arrendando bodegas para vivir en el subterráneo de ese edificio.

Según informó CHV Noticias, se trata de 8 bodegas ubicadas en el piso -2, las cuales habrían sido acondicionadas como 4 dormitorios.

Es decir, los dueños de dichas bodegas rompieron las divisiones para ampliar los espacios y acomodar a los ‘inquilinos’.

Tal vez voy a echar al agua a muchas personas, porque quizás las van a tener que sacar, ya que están en las mismas condiciones que yo, bajo perfil, viviendo en una bodega“, declaró una de las arrendatarias de origen venezolano.

Para poder acceder a baños, la mujer señaló a Radio Bío Bío, que deben dirigirse a los centros comerciales de la comuna de Santiago.

Bodega edificio maldito
Rodrigo Pino | Radio Bío Bío
Bodega en edificio maldito
Rodrigo Pino | Radio Bío Bío

“Hoy vamos a terminar de limpiar la bodega, y creo que nos vamos a ir a un albergue. Mi pareja habló con una persona de otra comuna que nos ofreció ayuda, y vamos a estar allá hasta que consigamos donde vivir decentemente”, añadió más tarde al programa Contigo en Directo de Chilevisión.

Pero eso no es todo, ya que también se denunciaron hechos vinculados a drogas, prostitución y violencia.

El edificio maldito de Santiago

“Yo vi en Internet que lo llamaban ‘el edificio maldito’, y que aquí se habían suicidado y asesinado personas, y que en las bodegas habían encontrado a personas muertas”, agregó la mujer.

Cabe señalar que en 2013, un ciudadano venezolano murió tras ser lanzado por un balcón del edificio, y al año siguiente, una adolescente de 13 años se quitó la vida luego de sostener una discusión con su madre.

De igual forma, en 2016, el colombiano Edwin Vásquez Ortiz asesinó y descuartizó a su pareja, cuyos restos abandonó en el río Mapocho.

Uno de los últimos crímenes se había registrado en 2017, cuando un repartidor fue encontrado muerto en una bodega del edificio.