Conmoción causó en Osorno el hallazgo de las osamentas de una mujer desaparecida hace 24 años. Su exesposo, un hombre de 65 años, confesó el crimen a su hija menor.

Ante esta situación, una de ellas acudió a la Policía de Investigaciones para informar de los hechos que datan de 1998, cuando se le perdió el rastro a su madre.

Efectivos de la PDI se dirigieron a un predio cercano al radio urbano -donde el hombre trabajaba en aquellos años- encontrando el cadáver de la mujer, iniciándose las diligencias correspondientes para determinar si los restos y prendas encontradas pertenecen a la mujer.

El subprefecto Jaime Quiroz, jefe de la Brigada de Homicidios de Osorno, conversó con LUN, brindando más antecedentes del caso: “Es una situación atípica e insólita. Había visto casos de confesiones de crímenes, pero nunca de un asesinato que ocurrió hace 24 años”, afirmó.

Quiroz indicó que el sujeto se encuentra en un estado “muy delicado” de salud, producto de tres pre infartos y un accidente cerebro vascular, que lo dejó con secuelas, pero que “fue capaz de entregar el punto exacto donde estaba el cuerpo de su señora”.

“Nosotros creemos que como está acercándose a la muerte, encontró el momento de confesarle el crimen que cometió a sus hijos. La conciencia nunca lo dejó tranquilo. Debe ser terrible guardar un secreto de estas dimensiones”, agregó.

La historia del asesinato

Al momento de desaparecer, la mujer tenía 31 años y sus hijas 4, 8 y 10. Fue la menor quien recibió la brutal confesión de su padre, el que durante todos estos años les contó una historia totalmente distinta.

“Este señor durante todos estos años les dijo a sus hijos que su madre había huido del hogar y los había abandonado como familia. Ellos se quedaron con esa idea, aunque cada cierto tiempo tenían dudas”, manifestó el subprefecto Quiroz.

Respecto a los motivos para quitarle la vida, afirmó que fueron “circunstanciales” y que él tiene claro que “era una muy buena mujer”.

En cuanto a la condición actual de los hijos con la noticia, el subprefecto de la PDI indicó no se encuentran bien psicológicamente.

“Se produjo algo muy fuerte en ellos. Hasta hace unos días estaban con pena por el estado de salud de su papá, ahora están confundidos. Sienten rabia por tantos años de mentiras“, sentenció.