El 17 de enero 2008, dos hermanos de apellido Rojo fueron brutalmente agredidos con un martillo, mientras estaban en su casa en la comuna de Puente Alto, región Metropolitana.

De acuerdo al Poder Judicial, Pablo, de 15 años, yacía inconsciente en el living, mientras que Esteban, su hermano menor de 7, estaba muerto.

Ambos habían sido golpeados salvajemente en la cabeza, pero nada se sabía aún del agresor.

Los primeros indicios parecían apuntar a un robo, sin embargo, las indagaciones de la policía y las pericias psicológicas permitieron dar un vuelco en la investigación, para culpar a quien parecía ser la persona menos sospechosa: Jeannette Hernández, la madre.

“Se hizo una labor de trabajo bastante extenuante, con harta dedicación, y al final se topó fondo, entendiendo que no había ningún antecedente. Se logró retomar y volver a entrevistar a la familia”, dijo Rodrigo Reyes, subcomisario de la Brigada de Homicidios Metropolitana.

De esta forma, los interrogatorios dieron nuevas luces de la personalidad de la mujer.

“Ella dice que salió a una hora de la casa, cosa que no es así. Ella dice que le dio desayuno a su hijo, cosa que tampoco es así. Tenía que abrir el local donde trabajaba (una peluquería) a las 10 y llegó cerca de la 1”, agregó el subcomisario.

Poco a poco la madre de los hermanos Rojo comenzó a contradecirse, pero fueron los testimonios de sus vecinos los que definieron su responsabilidad en el brutal crimen.

Así surgió la hipótesis de que la mujer actuó motivada por los celos hacia su marido, un síndrome conocido como Medea, que luego confirmaron las pericias psicológicas.

“Se termina dañando a los hijos para sanar una rabia personal o una dinámica de la relación”, explicó Edmundo Campusano, director de la Escuela de Psicología de la Universidad Mayor.

Jeannette Hernández fue condenada por parricidio

Hernández, quien nunca reconoció el crimen, fue condenada a cumplir 32 años de cárcel: 20 por el parricidio consumado de su hijo menor, y 12 por las lesiones propinadas al mayor (parricidio frustrado), quien resultó con severo daño neurológico de por vida.

Esto, puesto que la Corte de Apelaciones de San Miguel anuló en 2010 la sentencia de presidio perpetuo simple y, de esta forma, rebajó la condena, informó La Tercera.

El marido, por su parte, rehizo su vida y se casó con la misma mujer que provocó los celos de la madre.

Cabe señalar que Jeannette está recluida en la custodia directa de la Cárcel de Mujeres de San Joaquín en Santiago.

Se trata de un lugar aislado del resto de la población penal, donde también cumplen su condena Johanna Hernández, asesina del profesor Nibaldo, y María del Pilar Pérez, conocida como ‘La Quintrala’, consignó 24 Horas.