Luis Lagos es el nombre de un excarabinero y paramédico chileno que viajó a Ucrania como voluntario, en el marco de la guerra que mantiene dicha nación con Rusia.

El hombre, de 46 años, presentó su documentación en la embajada y debido a que pudo acreditar que tenía experiencia militar, aceptaron su ingreso al país.

Según relató a LUN, actualmente es parte de la Legión Internacional de Defensa Territorial Ucraniana. “Tengo entendido que soy el único chileno”, destacó.

“Me mandaron un mapa y con eso tenía que llegar a una zona de encuentro. Después me enviaron unos contactos, que eran quienes se iban a comunicar conmigo. Suena súper fantástico, pero cuando llegué al punto, me llamaron y me fueron a recoger para llevarme a la frontera con Polonia. De ahí tuve que ir a Cracovia y por ahí entré a Ucrania”, relató sobre cómo fue encontrar a la Legión.

Lagos señaló que tomó la decisión de ser voluntario tras ver el horror que está viviendo el pueblo ucraniano. “Mi motivación es ayudar”, expresó.

El peligro en Ucrania

Durante su estadía, el paramédico ha tenido que escapar de misiles, experiencia que vivió el primer día en el campamento. “Fue aterrador (…) Una cuestión increíble. Algo que nunca podré olvidar”, comentó.

“Cuando cayó el misil, había cerca una trinchera. Corrí hasta ahí para protegerme. Salté y la trinchera estaba con agua. Ahí me mantuve harto rato con el agua hasta el cuello, congelado, porque hacía mucho frío. Pero eso salvó mi vida“, recordó.

“Aunque lo que más me impresionó fue el sonido de los aviones, de los bombazos (…) Es como subterráneo, como si viniera de abajo, acercándose muy fuerte. Y el calor después del ataque no se lo doy a nadie. Un día cayó un misil como a 50 metros, estábamos en nuestras carpas de combate y cuando se abrió la puerta, el calor que ingresó fue terrible. Sentir ese calor es una sensación de terror“, añadió.

Sobre cómo es su día a día en Legión Internacional de Defensa Territorial Ucraniana, Luis contó que “es moverse mucho y aprovechar el tiempo al máximo”.

“Por ejemplo, hay noches en que suenan las alarmas muchas veces, entonces tienes que levantarte y correr al refugio. Todos los días son de vida o muerte, son ataques, son rescates“, detalló.

Por último, Lagos relató que en una ocasión le tocó salvar a un soldado. “Él estaba aplastado en un edificio que bombardearon, tenía escombros y los pisos encima de él. Con palos y gatas hidráulicas de los autos quemados que había alrededor, pudimos levantar los escombros y rescatarlo. Ese es el mejor premio“, concluyó.