La jornada de este miércoles se dio a conocer un grave caso de maltrato infantil, que además fue viralizado a través de redes sociales y terminó con una denuncia de la Defensoría de la niñez ante el Ministerio Público.

La situación ocurrió en una clase virtual donde una matrona y docente dejó el micrófono encendido, quedando en evidencia que maltrató verbalmente a su hijo, gritándole fuertes palabras mientras el niño lloraba desconsolado fuera de cámara.

Su enojo se habría originado porque los ruidos del niño se escuchaban en el audio de su clase. Una vez que la mujer (de iniciales M.U.) terminó de insultarlo, volvió a la grabación con total naturalidad.

“En cuanto tomamos conocimiento de la viralización de este video en el cual se exhibía a una persona ejecutando acciones de violencia física y trato evidentemente degradante contra un niño, lo que hicimos fue interponer la denuncia por el delito“, explicó al respecto Patricia Muñoz, defensora de la niñez.

La Fiscalía regional Centro Norte tomó conocimiento y ya designó a una encargada para la investigación. Por lo mismo, se esperan medidas inmediatas para la protección del menor de edad.

Desvinculación

La profesional fue identificada, y todo indica que realizaba una charla para la Universidad de Santiago. Por lo mismo, la institución emitió un comunicado esta misma tarde, asegurando que desvincularon a esta persona en enero pasado.

Toda la comunidad universitaria condena categóricamente cualquier forma de violencia, agresión o menoscabo, independientemente de quién sea la/el victimaria/o y quien sea la víctima, especialmente cuando dichos actos involucran a niños, niñas o adolescentes”, indica una parte del texto.

Por otro lado, aclaran que ella fue contratada para prestar servicios exclusivamente en el contexto de la ejecución de un convenio, por lo que no es funcionaria estable de la universidad.

Comunicado Usach
Comunicado Usach

La versión de la protagonista

Por último, según consigna el sitio 24Horas, la responsable de este violento hecho publicó una carta en la que asegura que se hace cargo de sus actos, y pide “públicamente disculpas por no haber apagado las cámaras”.

Sin embargo, acusa que le parece “aún más delicado” que una colega haya captado y compartido el registro.

En esa línea, explicó que como familia están viviendo un proceso en que su hijo ha manifestado “una grave rebeldía y faltas de respeto hacia mi madre que es la cuidadora principal”.

“Quiero agregar que no hubo golpes. Se cayó de la silla detrás mío. Nuestra intención como familia jamás ha sido vulnerarle los derechos al niño (…) Nos preocupan los comentarios abruptos, mal intencionados y sin conocimiento previo que realizaron la mayoría de mis colegas. Se supone que somos una profesión sorora y no vulneradora”, concluyó.