El ministro de Educación, Raúl Figueroa, participó de un seminario de Clapes UC, donde se analizó la crisis que ha dejado la pandemia en el sistema escolar.

En la ocasión, Figueroa sostuvo que se requiere unidad y propósito para enfrentar lo que viene, especialmente luego de los resultados que arrojó el Diagnóstico Integral de Aprendizajes.

Ellos, a su juicio, son consecuencia directa de la suspensión de clases presenciales y las dificultades que tiene la enseñanza a distancia.

Por ello, a la luz de la situación crítica en la que está el sistema escolar chileno, para el ministro resulta urgente despolitizar el retorno a las clases presenciales, asegurando que el espacio educativo debe estar libre de motivaciones políticas.

“Como lo he dicho varias veces, y como tienden a criticarme, por eso lo vuelvo a decir, no hay excusa para que un sostenedor público que no está en una comuna en cuarentena mantenga su establecimiento cerrado”, señaló.

“Son las familias las que tomarán la decisión y, por tanto, creo que urge despolitizar al máximo el debate. Si politizamos la educación, el problema deja de ser un problema pedagógico y pasa a ser un problema político. Y las soluciones dejan de ser técnicas y pasan a ser políticas”, complementó.

Tras ello, Figueroa agregó que se debe trabajar para generar conciencia en la gente sobre que el esfuerzo hoy pasa por recuperar físicamente el espacio escolar una vez que las comunas salgan de cuarentena.

Sorpresa ante reacción por resultados

El secretario ejecutivo de la Agencia de Calidad, Daniel Rodríguez, sostuvo que la mayoría de los sistemas educacionales no cuentan con datos confiables sobre los impactos reales que ha tenido en ellos la pandemia.

En esa línea, indicó que la crisis desarmó la forma como se garantizaba el derecho a los niños a la educación, porque la mayoría de los modelos funcionan bajo dos supuestos que se creyeron inamovibles: que los colegios están abiertos y los niños van a ellos.

Rodríguez agregó que si bien el Diagnóstico Integral de Aprendizajes es una herramienta para otro uso, los resultados los llevaron a entregar los datos agregados para evidenciar el daño que está dejando la pandemia, mostrándose sorprendido con la reacción de algunos expertos ante las cifras.

“Sorprende a veces una cierta reacción de muchas personas de decir ‘bueno pero esto ya lo sabíamos, que nuestro sistema era malo, que teníamos bajos aprendizajes’. Sí, pero por lo menos estábamos haciendo algo”, afirmó.

De acuerdo a Figueroa, que en la actualidad son 4.500 los establecimientos que se encuentran con algún grado de presencialidad en el país.

El proceso ha sido liderado por los sostenedores de escuelas subvencionadas, particulares y que pertenecen a los Servicios Locales de Educación, mientras que solo un 19% de los colegios municipales se encuentra abierto.