Durante los últimos meses, la cantidad de crímenes contra personas de la comunidad LGBTIQ+ en Chile ha ido en aumento. Esta semana, una mujer trans de 30 años fue agredida en el sector de Américo Vespucio: recibió más de 100 perdigones en su rostro y cuerpo, con disparos hechos desde un auto que se dio a la fuga.

El caso será llevado por la Fiscalía Sur, desde donde señalaron a la prensa que la víctima -identificada como Isidora- quedó con sus ojos muy dañados, y el equipo médico del Hospital El Salvador hizo todo lo posible por salvar aunque fuera un porcentaje de su visión.

La mujer formaba parte del Sindicato de Trabajadoras Sexuales Trans y Travestis Amanda Jofré, que será asesorado judicialmente por la Fundación Iguales, con el fin de exigir justicia y mayores medidas de protección.

El 20 de abril, otras tres compañeras del colectivo sufrieron un ataque transfóbico en la comuna de La Cisterna, donde cuatro hombres las hirieron con golpes de cadenas, palos y piedras.

Según datos de Iguales, dos de cada tres personas señalan haber sufrido una agresión verbal en los últimos cinco años. Una de cada cuatro, una agresión física alguna vez en su vida por su orientación sexual, identidad o expresión de género. El espacio público es el principal escenario para estas situaciones.

En cuanto al agresor, el 50% de las veces suele ser una persona desconocida.

LGBTIQ+
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Isabel Amor, directora de la fundación, explicó a la agencia ANSA la nueva iniciativa que pusieron en marcha, y que pretende involucrar a toda la sociedad para lograr “un compromiso país” respecto a estas cifras alarmantes: se trata de la campaña No Más Leyes con Nombre, que incluso calcula el riesgo que podría correr cualquier persona de sufrir una agresión enmarcada en la Ley Zamudio.

“Cuando dañas a una persona de la diversidad de género, no solo la dañas a ella, sino a su pareja, a su familia, a sus amigos”, expresó Amor.

“Hoy está de moda entre los hombres pintarse las uñas, y ese solo hecho te puede significar muchos ataques, aunque seas cisgénero”, advirtió también, asegurando que la homofobia no se aplica únicamente a las personas gay.

Discriminación en pandemia

La subsecretaría de Prevención del Delito aplicó una encuesta a la población LGBTIQ+, cuyos resultados constataron que en el último año, a pesar de la pandemia, la discriminación no disminuyó.

Esta actitud se expresó en insultos (49,1%); gritos u hostigamientos (35%); obligación para cambiar de apariencia (26,2%); falta de respeto a la identidad de género (18,4%); sanciones por la expresión de la identidad de género o la orientación sexual (7,8%); expulsión o prohibición de entrada a algún lugar (6,6%).

Además, obligación para someterse a pruebas de VIH o ITS (2,9%); negación o dificultad para el registro de la identidad (2,4%); negación para la entrega de retrovirales (0,7%) y obstáculos para ejercer el derecho a voto (0,4%).

En el mismo lapso de tiempo, al 45,2% de las personas trans las ridiculizaron llamándolas por su nombre legal, y casi un 6% no recibió la entrega de reemplazo hormonal.

Campaña

No más leyes con nombre. Así se titula la campaña que pretende visibilizar estas estadísticas, y a la vez mejorar la actual Ley Antidiscriminación, también conocida como Ley Zamudio, para que obtenga efectos reales en la prevención de crímenes de odio.

La directora de Iguales explicó que quieren incentivar a que todos los países del continente tomen medidas de erradicación de la violencia hacia la diversidad sexual y de género, pero al mismo tiempo mostrarle al gobierno chileno que miles de personas en el mundo esperan que se actúe con rapidez para frenar la violencia.

Los números hacen evidente la necesidad de devolverle la urgencia a las demandas de la diversidad sexual, a contar con una inclusión plena a nivel de derechos y beneficios, y para ello, lo primero que tenemos que hacer es establecer que las demandas de seguridad e inclusión, así como la de matrimonio igualitario, no son cosas de nicho sino del grueso de la población”, concluyó Isabel Amor.