El miércoles se registró una violenta encerrona en Colina, en la que las afectadas fueron una mujer y sus cuatro hijas de tan solo 11, 9, 7 y 5 años.

El nombre de la madre es Catalina Balmaceda y en una reciente entrevista con Las Últimas Noticias reveló que solo hace dos semanas había preparado a sus hijas ante un eventual ataque con este.

“Fueron 10 segundos de terror. Lo más fuerte es pensar que tu vida y la de tus hijas están en las manos de unos cabros chicos, que lo más probable es que estén drogados, con armas y que no midan consecuencias. Y que si se les pasa la mano, ellos te matan”, partió comentando Catalina.

Sobre la preparación a sus hijas, Balmaceda contó que fue un tema que conversó con ellas cuando iban precisamente en el auto, hace aproximadamente dos semanas.

“Les dije que tenía que hablar un tema súper serio e importante. Yo sabía que tenía que prepararlas y advertirles sobre esto, porque vivimos en un sector donde ocurren mucho de estos delitos y las probabilidades de que nos pasara eran muy altas. Y también fue a raíz del caso de Tamara, la niña que murió baleada en una encerrona en Huechuraba, en febrero”, relató.

La también profesora de Educación Física señaló que le expuso el tema a sus hijas explicándoles que las encerronas sucedían mucho y que podían afectar a cualquier persona.

“Les recalqué que si ocurría, ellas debían salir automáticamente del vehículo, sin preocuparse por ningún objeto material, ni mochilas, ni teléfonos, ni juguetes, porque esas cosas eran recuperables. Que lo más importante era que se soltaran de las sillas o pisos que usan, bajarse y quedarse en la vereda para evitar un atropello”, agregó.

Catalina confesó que su mayor miedo era precisamente el tiempo en que podían demorarse en soltarse de la sillas de seguridad y salir del vehículo.

“Tres usan piso o silla, entonces es más complicado soltarse. Y ahora que lo viví, sé que cada segundo es fundamental para salvarse. Porque dos o tres segundos para estos gallos son una eternidad y se ponen más violentos si uno no se demora en salir”, añadió.

De acuerdo a Rodrigo Gillibrand, psiquiatra y académico de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, preparar a los niños ante estas eventualidades es muy importante para enfrentar el trauma y la angustia.

“Hay tres reacciones principales: huir, luchar o paralizarse. En este caso, la madre y sus hijas tenían un esquema preaprendido para el trauma. Hubo una respuesta de acción: la madre no se quedó paralizada ni salió arrancando, sino que actuó lo más distanciada posible de la emoción, pero con el instinto de sobrevivencia. Por eso, la preparación es un tipo de prevención fundamental o primaria para los traumas”, detalló.

Finalmente, Balmaceda indicó que la reacción de sus hijas fue muy rápida y que solo la menor de ellas se puso muy nerviosa con los gritos y no podía soltarse de la silla. “Si no hubiéramos tenido esa conversación previa, ellas no habrían sabido qué hacer o cómo actuar”, aseveró.