La mañana de este domingo, Sergio Vidal, primo de Moisés Orellana, joven baleado durante un ataque incendiario en Cañete, conversó con el programa Pauta Libre de La Red.

El familiar reveló detalles del cruel asesinato del joven. “Todavía estamos tratando de asimilar todo esto”, aseguró Vidal.

Él salió de su trabajo ese día y pasó a buscar a unos amigos. Después se quedaron en el auto en ese camino rural, que era cercano al lugar donde vivía el otro joven que estaba en el vehículo”, explicó Vidal.

Según relató el primo de la víctima, era común que Orellana y sus amigos fueran a ese sitio, un par de veces al mes. “Era un lugar tranquilo, les gustaba conversar de la vida, del trabajo, cantaban…”, contó.

En ese entonces, los amigos de Moisés estaban compartiendo una cerveza, cuando a través de los espejos retrovisores vieron que se acercaban las luces de otro auto.

“Ellos no se preocuparon porque en ese sector viven personas (…) Pasó un vehículo y después el otro. Se detuvieron como a 10 o 15 metros delante de ellos“, describió.

Captura La Red
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El ataque a Moisés

De los autos descendieron cerca de 10 personas. “Tenían chalecos antibalas, con la cara cubierta, armas y los apuntaron de frente, hacia el parabrisas”, relató. “Cuando vieron eso, pensaron que era el toque de queda y que eran carabineros“, afirmó.

Los sujetos comenzaron a gritarles que se retiraran del lugar. “Asustados hicieron andar el vehículo y siempre mirando hacia adelante. De repente sienten un disparo”, agregó.

La persona que iba al lado de Moisés me dice que sintió un calor en la cara, y lo único que atinó fue a taparse la cabeza”, añadió sobre el momento en que el joven de 21 años recibió el disparo.

En ningún momento pensaron que Moisés estaba herido. Es más, cuando se tapan la cabeza, solo escuchaban el ruido como de un vaso de agua que cae en el piso. Y escuchan afuera a las personas discutir. Decían: ‘¡Te lo pitiaste! ¿Qué hiciste?'”, precisó.

Para lograr sobrevivir a un segundo ataque, el resto de los amigos del joven se mantuvieron quietos al interior del vehículo. Cabe señalar que Orellana murió minutos más tarde en el Hospital de Cañete.

“Todos en mi familia tenemos miedo, son personas con armas y que saben lo que hacen; que conocen la zona”, finalizó Vidal, pidiendo justicia por la muerte de su primo.