Chocolates, regalos y dulces. Estos eran los elementos con los que una madre manipuló psicológicamente a su hija de 5 años y así poder abusar sexualmente de ella, en compañía de su pareja.

Fue entre octubre de 2017 y abril de 2018 que la mujer cometió estos actos, que fueron calificados por el juez Duncan Harvey, como “espantosos e inexplicables”. Por esto, es que el Tribunal de Distrinto de Whangarei, en Nueva Zelanda, dictó 10 años de cárcel contra ella.

La imputada intentó defenderse, señalando que durante su infancia había sufrido abuso sexual y abandono, por lo que temía que su novio la dejara si no accedía a cumplir sus fantasías sexuales, algo que no gustó al juez del caso.

Ella trató de detenerte, pero simplemente le aseguraste que todo estaba bien. Trató de alejarte persististe, continuaste con este comportamiento”, le dijo Duncan a la mujer, de acuerdo a The Herald, que siguió en detalle el caso.

“Usted misma ha sufrido abuso sexual desde una edad temprana. Mirando hacia atrás, debe reconocer cómo le hizo sentir eso“, le espetó el juez.

La mujer expresó remordimiento, pero hubo una serie de factores que agravaron el delito, incluida la premeditación, la planificación y la vulnerabilidad de la niña.

Este no fue un comportamiento espontáneo y no fue un incidente único. Es evidente que usted y el hombre habían discutido lo que iban a hacer con su hija y luego siguieron con esos planes”, dijo el juez, de acuerdo al citado medio.

“Es difícil imaginar a una víctima más vulnerable que una niña de 5 años siendo atacada por su madre”, cerró Duncan.

“Estoy horrorizado”

Estas palabras fueron apoyadas por el coordinador de protección infantil y asalto sexual de adultos de Northland, el sargento detective Geoff McCarthy.

“Este fue un caso inquietante, que involucra ofensas sexuales premeditadas y calculadas en una persona joven. La víctima en este asunto era extremadamente vulnerable y estoy horrorizado por el abuso total de la confianza y la escala del abuso sexual”, manifestó.