El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció el martes la suspensión del financiamiento de su país a la Organización Mundial de la Salud (OMS), acusándola de encubrir la gravedad del brote de COVID-19 en China antes de que se extendiera por todo el mundo.

Trump dijo en una conferencia de prensa que estaba ordenando a su gobierno detener el envío de los fondos, mientras “se realiza una revisión para evaluar el papel de la OMS en la mala gestión y el encubrimiento de la propagación del coronavirus”.

Según Trump, la OMS impidió que hubiera transparencia sobre el brote reportado por primera vez en China en diciembre.

Estados Unidos es el mayor financiador de este organismo del sistema de Naciones Unidas, al que otorgó 400 millones de dólares el año pasado.

Con el estallido de la pandemia de la COVID-19, tenemos profundas inquietudes sobre si la generosidad de Estados Unidos ha sido utilizada de la mejor manera posible“, dijo el mandatario desde los jardines de la Casa Blanca.

Este golpe de Trump a la OMS refleja su creencia de que la organización está sesgada hacia China y coludió para evitar que el principal rival económico de Estados Unidos tuviera que ser abierto sobre la crisis sanitaria que se estaba desarrollando en su territorio.

Según Trump, esto le costó a otros países un tiempo crucial para preparar y retrasar las decisiones de detener los viajes internacionales que hubieran evitado contagios.

“El ataque de la OMS a las restricciones de viaje puso la corrección política por encima de las medidas que salvan vidas”, dijo.

Si la OMS hubiera hecho su trabajo para que expertos médicos ingresaran a China para evaluar objetivamente la situación en el terreno y denunciar la falta de transparencia de China, el brote podría haberse contenido en su origen con muy pocas muertes“, apuntó Trump.

“Esto habría salvado miles de vidas y evitado el daño económico mundial. En cambio, la OMS aceptó al pie de la letra lo que China le aseguraba (…) y defendió las acciones del gobierno chino”, añadió.

Los críticos han señalado que durante semanas después de que la epidemia de coronavirus comenzó a desarrollarse, Trump alabó con frecuencia la respuesta de Pekín y minimizó el peligro que representaba en Estados Unidos.