Representante del área ética de la Mesa Social del COVID-19 -que formó el Gobierno para abordar la crisis- explicó los alcances de la “adecuación del esfuerzo terapeútico” o manejo compasivo que ha operado en algunos de los 22 fallecidos hasta hoy por coronavirus en el país y que ha generado polémica.

Tras culminar la conversación con BioBioChile.cl, la doctora y académica del Centro de Bioética de la Facultad de Medicina de la Clínica Alemana UDD y una de las representantes del Colegio Médico en la Mesa CVOVID-19 del Gobierno, Sofía Salas, envió un mensaje con una imagen de una definición escrita de “manejo compasivo”, que es uno de los criterios generales de ingreso de pacientes a unidades de cuidados intensivos.

No quería que quedaran dudas.

“Prioridad 4, Requiere cuidado paliativo: Pacientes cuyo ingreso no está generalmente indicado debido a un beneficio mínimo o improbable. Ejemplos, son los pacientes cuya enfermedad terminal e irreversible hace inminente su muerte. En este aspecto se debe considerar la sedación paliativa como parte del arsenal terapeútico”, describe el material enviado por la doctora Salas.

Así se resume un concepto que, por lo menos, en las tres primeras muertes por coronavirus en Chile -todos con enfermedades preexistentes o de base- salió a la luz como “manejo compasivo” en las declaraciones del ministro de Salud, Jaime Mañalich, y que en principio hasta se confundió con eutanasia que es provocar intencionadamente la muerte de una persona que padece una enfermedad incurable para evitar que sufra.

Declaraciones que fueron puestas en duda, principalmente por usuarios de redes sociales, y que la doctora Sofía Salas despejó desde el lado de la ética médica y del beneficio sanitario, lo que coincide con el procedimiento oficializado por el Ministerio de Salud.

Cualquier persona que en su condición de base hace suponer que nuevas terapias o terapias muy agresivas, como puede ser el ingreso a unidades de cuidados intensivo (UCI) con conexión a respiración mecánica, no van a tener resultado terapeútico, no debiesen ingresar a la UCI, sean o no pacientes de COVID-19. Esto tiene que ver con su condición de base”, destacó la facultativa.

Bajo el mismo prisma, añadió que “a esa persona se le tiene que ofrecer cuidados paliativos si los necesita, por ejemplo, manejo de los síntomas, de falta de oxígeno o de angustia. ¿Cuáles son las medidas adecuadas para ese paciente individual? Adecuar el esfuerzo terapeútico”.

El objetivo, recalca la académica experta en deontología, es evitar que pacientes que no tienen alternativa de salir de su condición clínica por la gravedad de su patología se le haga tratamientos que pueden ser inútiles.

Los que ocasionan dolor, angustia y que prolongan su sufrimiento. Por lo tanto, es una medida proporcionada, adecuada a la condición clínica que no debiera producir mayor sobresalto en la opinión pública. Pero, que no ha sido bien explicada”, dijo.

“Confunden eutanasia con manejo compasivo”

La académica señaló que en redes sociales principalmente se ha confundido eutanasia con “manejo compasivo”, lo cual está muy lejos de ser algo equivalente.

Es algo muy distinto, aquí es permitir que la condición de base pueda seguir su curso natural cuando la medicina no tiene un bien que ofrecerle más allá que aliviar el dolor o los síntomas: cuidados paliativos”, remarcó.

Frente a esas inquietudes que se plantean como que existe una “cortina oscura” en la decisión de aplicar manejo compasivo o adecuación terapeútica en los casos de coronavirus, la doctora señaló que “hay una decisión muy clara de las autoridades sanitarias de ser proactivos en lograr que los recursos que están o que pueden llegar a ser limitados estén disponibles para que beneficien al mayor número posible de personas”.

Añadió que “tanto es así que hoy ya no vale decir:’tengo diez respiradores en mi hospital y no quiero que me los quiten, porque son míos’ -hago una exageración un poco- o que alguien pueda decir:’voy a acaparar todos los respiradores porque tengo poder adquisitivo, así que los voy a dejar para mi grupo familiar’. Eso no va ser posible, hay una mirada de salud pública que significa ver dónde están las necesidades de la salud, los recursos y transferirlos de manera temporal, por ejemplo, respiradores entre regiones“.

Ese es el caso de los requerimientos de ventiladores en Temuco.

Manejo Compasivo y “la última cama”

La doctora Salas descartó que hasta hoy se haya negado atención a una persona por problemas de disponibilidad de cama y que haya influido en las decisiones de “manejo compasivo”.

“En la situación actual no ha habido que aplicar la difícil situación de a quién elijo para el recurso terapeútico. Eso se ha podido manejar, haciendo un esfuerzo logístico para ver en que lugar se requiere. Por lo tanto, las decisiones a la fecha de adecuación de esfuerzo terapeútico han tenido que ver con una mirada clínica de cuál es el beneficio que se espera lograr con ese paciente y ese beneficio por las condiciones de base se estima que la persona no va a salir del respirador, no se justifica ingresarlo a la UCI”, explicó.

En ese sentido, aseguró que el paciente fallecido más joven -de 44 años de Molina-, de quien se oficializó una condición de calle, indicó que “él llegó agónico al hospital, es probable que en esas condiciones no tengan nada que ofrecerle”.

manejo compasivo
Contexto | Agencia UNO

Conectar y desconectar

En todo caso, la doctora Salas explicó que el Ministerio de Salud está en fase de construcción de un protocolo ético que deberá contener los lineamientos para proceder en todos los casos en que se deba adoptar una decisión que incluya un criterio deontológico médico claro para esta emergencia.

“Creo que hay bastantes dudas y lo que imagino es que el Ministerio de Salud está analizando un criterio único, homogéneo para hacer una priorización que sea transparente y obedezca al principio de justicia. Es muy importante que las personas tienen que estar tranquilas y confiados que esa priorización se hará por estricto elementos clínicos de pronósticos de sobre vida y no por consideraciones en relación a raza, nivel socioeconómico o importancia que pueda tener una persona para la sociedad”, destacó.

También, la doctora planteó que la discusión que se planteará en corto plazo será por “desconectar”, más que por “conectar” a un paciente. Todo bajo la mirada del beneficio a la salud.

Eso, para muchos, desde el punto de vista emocional es mucho más difícil. Es más difícil desconectar, que nunca haber conectado”, dijo.

“La buena medicina significa estar siempre evaluando cómo le está yendo a la terapia y no hablo solo de COVID-19 sino que en general.Si lo que se instauró en un principio está dando malos resultados o incluso está exponiendo al paciente a mucho sufrimiento, no tiene mucho sentido seguir insistiendo, si es que no hay una evidencia que haga suponer que esperar dos o tres días va a haber un beneficio mayor”, insistió.

Cómo ha dicho el ministro Jaime Mañalich: “son pacientes que mueren con coronavirus y no por coronavirus”, y porque están contagiados se les incluye en la estadística.