El presidente estadounidense, Donald Trump, dijo el pasado lunes que la Cloroquina, un tratamiento contra la malaria, podría ser “un regalo del cielo” si tiene éxito como tratamiento contra el COVID-19.

“Hay muchas posibilidades de que esto pueda tener un enorme impacto (…) Esto cambiaría realmente la situación”, declaró el presidente estadounidense en su rueda de prensa diaria.

En este contexto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) llamó a ser prudentes a la hora de asociar la cloroquina a un posible tratamiento contra el coronavirus, ya que solo se probó con unos pocos pacientes de COVID-19.

El medicamento es barato y se utiliza desde hace décadas contra la malaria. Además, estudios preliminares realizados en China y en Francia indicaron que había ayudado a personas afectadas por el coronavirus.

Sin embargo, un hombre murió tras ingerir el medicamento y su esposa quedó en estado crítico, según consignó el medio CNN. Se trata de una pareja de 60 años que enfermó a la media hora de haber ingerido la dosis.

El estadounidense no pudo ser reanimado tras llegar al hospital. No obstante, la mujer logró vomitar gran parte de la sustancia química.

Tras este deceso, la Sociedad Farmacéutica Francesa advirtió que una sobredosis de este medicamento puede resultar peligrosa. Asimismo, llamaron a no tomarla sin una receta médica.

“Lo último que queremos en este momento es inundar nuestros departamentos de emergencia con pacientes que creen que encontraron una solución vaga y arriesgada que podría poner en peligro su salud”, aseguraron las autoridades sanitarias de Estados Unidos.