“No los denuncio pero déjenme en una posta”. Esto fue parte de lo que un denunciante de torturas declaró haberles dicho a carabineros ante la negación de atención médica en que habrían incurrido tras golpearlo y detenerlo en Ñuñoa.

Los hechos se remontan al 21 de octubre a las 20:42, bajo toque de queda, momento en que fue transmitido por televisión cómo funcionarios de FFEE lo golpearon con bastones y una patada que lo hizo caer al suelo.

El 6 de noviembre el fiscal Manuel Guerra daba a conocer que por estos hechos 12 funcionarios serían formalizados por torturas, por golpear sin mediar provocación a M.O.C., quien resultó con fractura nasal, trauma ocular y fracturas costales.

“Trauma ocular cerrado izquierdo grave, trauma torácico cerrado izquierdo contuso, fracturas costales múltiples, fractura dental incisivo central izquierdo, luxación anterior del hombro izquierda reducida, fractura nasal izquierda”, fueron las lesiones constatadas por el Hospital del Salvador, según consignó La Tercera.

En su declaración judicial M.O.C sostuvo que esa jornada llegó a la Plaza Ñuñoa para sumarse a un multitudinario cacerolazo: “Cuando llegué había miles de personas, quizás unas 10 mil, pese a que ya se había ido gente”, indicó.

El denunciante relató que al llegar un piquete de FFEE los comenzó a grabar con su celular, momento en que habrían comenzado los golpes.

“Me metí bien dentro de ellos, creo que choqué de espaldas con un carabinero. Intempestivamente recibí una luma, creo que de fierro recubierta de goma. Ese golpe lo recibí en el costado izquierdo de mi cara, comencé a sangrar por mi ojo izquierdo y también por parte de la boca, por dentro, por las encías. De hecho después de las horas tenía el paladar lleno de sangre”, indicó.

Luego de advertir la rotura de sus lentes, sintió que lo comenzaron a rodear: “Me dedico a esquivar los golpes de estos tipos hasta que siento una patada de uno de ellos que me da por la zona costal izquierda. Cuando recibo esa patada en las costillas creo que caí al suelo”.

“Se me vino a la mente que me podían balear”

Luego, el afectado relató el momento en que fue subido a un vehículo policial.

“Quedé desorientado. Pensé en arrancar, pero como estaban todos estos tipos ahí se me vino a la mente que me podían balear por la espalda, así que me quedé ahí. De repente uno me tomó, me retuvo y me metieron a una micro, es como una micro chica, más grande que una patrulla (…) Me subo como puedo a este vehículo, me senté en la pisadera y me arrastré hasta adentro, ellos nunca me ayudaron a subirme”.

Ahí debo haber estado unos 20 minutos (…) Ahí le pregunté a un tipo que parecía mayor si él estaba a cargo del procedimiento, me dijo que no. No andaban con los nombres en sus pechos”.

“Andaban todos drogados, con las cuestiones típicas de la coca, caras rojas, ojos saltones, yo no les dije eso porque a lo mejor me agarraban una zandada de palos. Y empecé a asumir una actitud de adulto, porque son cabros entre 20 y 24 años. Les dije como 20 veces ‘ustedes están afinando mal la puntería, no puede ser que golpeen a las personas de esta manera brutal sin ningún motivo, no soy delincuente, ni ando haciendo desmán alguno’ y los carabineros andaban todos callados”, dijo.

En su declaración la víctima sostuvo que fue cambiado de carro policial: “Me cambiaron a un camión que yo creo de debe haber sido militar, cerrado, por el color té con leche que tenía en el interior, manejado por dos pacos adelante”.

“Yo les gritaba por ‘favor tírenme en cualquier parte, necesito atención médica’, estaba tan desesperado que les decía ‘no los denuncio pero déjenme en una posta, digo que me caí’. A lo que un paco me dice ‘ah, no vai a hacer la denuncia’ y yo le digo ‘no, llévenme a una posta’. Yo sentía que perdía mi ojo. Anduve como una hora o una hora y media dentro de esa cuestión. Y un paco me dijo ‘te vamos a llevar al Barros Luco’ y yo le dije ‘cómo, si eso está lejos, necesito atención médica’. Ahí hay otra cosa grave, negación de atención médica”, detalló.

Luego de eso sostuvo que fue llevado al Hospital del Salvador, donde fue atendido bajo custodia.

Teniente Martín Blanc

En la declaración del hermano del afectado relata que durante la atención médica el teniente Martín Blanc “reconoció la agresión realizada, se disculpó por las lesiones ocasionadas, señalando que no era parte de sus instrucciones y que no tenía control absoluto del comportamiento de su equipo”.

“Incluso yo le indiqué que le iba a creer cuando en los tribunales señalara exactamente lo mismo, pues de otra forma no tenía cómo saber si las disculpas eran honestas o no”, agregó en su declaración.

Pese a esto, en el acta de Carabineros el teniente niega su responsabilidad -será formalizado- y la de los otros funcionarios.

“En ningún momento mi acción de levantar el pie con la finalidad de detenerlo fue premeditada, sino que fue realizada como acto reflejo, ya que en ese momento me encontraba mirando la turba de manifestantes que se encontraban a unos 50 metros en frente a nosotros”, declaró el oficial.

Respecto al informe de lesiones mencionó que “conforme a mi apreciación, no fueron resultado del accionar policial, sino que podrían haber ocurrido anteriormente a la detención”.