Fue la noche del pasado 6 de noviembre, cuando un confuso incidente terminó con la detención de Tomás Morales Galleguillos, estudiante de Técnico en Construcción de 20 años, quien actualmente es acusado por los delitos de homicidio frustrado y el lanzamiento de una bomba molotov.

El hecho fue registrado en la intersección de las calles Avenida Concha y Toro con Ángel Pimentel, a la altura del Metro Protectora de la Infancia, en Puente Alto.

Según detalló el Ministerio Público en la formalización, aquella noche Tomás se encontraba junto a un grupo “no determinado de personas” impidiendo el paso de los vehículos y las personas que transitaban por el lugar.

En ese momento habrían llegado funcionarios policiales, entre los que se encontraba el Subteniente Fernández Toledo, quien aseguró haber visto al joven manipulando una bomba molotov, la cual supuestamente arrojó contra el personal policial, sin generar lesiones.

Posteriormente Morales escapó del lugar, pero al momento de ser reducido, habría atacado a Toledo con un cuchillo y supuestamente le propinó dos cortes en el chaleco antibalas. Tras ser detenido, Tomás fue formalizado por los delitos antes señalados.

Un versión muy distinta

A través de redes sociales, la familia del imputado ha difundido un comunicado narrando un versión completamente diferente a la expuesta en la audiencia. Asimismo, denuncian que el joven fue víctima de torturas por parte de los uniformados.

De acuerdo a la versión de la familia, aquel 6 de noviembre Tomás participaba en un cabildo abierto realizado en una plaza cercana a su domicilio en Puente Alto. Camino a casa, a dos cuadras de llegar, habría sido “arrollado por una patrulla de carabineros, tras arrancar de los perdigones y lacrimógenas”.

Luego de este episodio, el joven fue detenido por carabineros. Su familia denuncia que el procedimiento fue totalmente irregular y sin motivo justificado. “Tomás fue paseado durante 5 horas, llevado a un sitio eriazo, golpeado incansablemente (…) fue blanco para jugar a la ruleta rusa“, relatan.

Dos profesionales del Instituto Nacional de Derechos Humanos, presentes en la 38° comisaría de Puente Alto, habrían corroborado la situación, y posteriormente lo informaron a la magistrada María Carolina Martín Miguel.

Asimismo, la abogada defensora detalló que Tomás “había sido trasladado por la ciudad durante mucho tiempo para finalmente ser llevado a un mirador donde juegan con él a la ruleta rusa”.

Tomando en cuenta estos antecedentes, y denunciado el delito de tortura y apremios ilegítimos, el juez determinó dejar en libertad a Tomás por no existir pruebas en su contra y decretar ilegal la detención.

Sin embargo, el Ministerio Publico apeló tras las declaraciones del subteniente Fernández Toledo. De este modo se realizó una nueva audiencia, donde se decretó el ingreso en calidad de detenido de Morales a la cárcel de Puente Alto, donde permanecerá en prisión preventiva mientras dure la investigación (90 días).

Piden justicia

La familia de Tomás expresó su angustia a través de un comunicado y exigió que la verdad en el caso salga a la luz. “No queremos que nuestra familia sufra por esta injusticia. La acusación es gravísima, nadie puede mostrarse indiferente cuando se acusa a un inocente, nadie puede mostrarse indiferente a tantos abusos vistos durante estas semanas en que Chile despertó”, expresaron.

“Es una de las etapas más fuertes que hemos vivido como familia y también en lo personal ver aquellos que algún día fueron tus protectores hoy día siento que son mis agresores”, expresó Pedro Morales Toro, padre del imputado.

“Estoy viviendo estas injusticias en carne propia, una pesadilla que no se la doy a nadie”, añadió Evelyn Galleguillos, madre del acusado, a la espera de que se cumpla el periodo de la investigación. Asimismo, la familia hizo un llamado a todos los que puedan tener registros del día de la detención de Tomás, para analizarlos y presentarlos como pruebas.