Evo Morales anunció que presentó su renuncia a la presidencia de Bolivia, en medio de una profunda crisis nacida tras las elecciones del 20 de octubre.

“Renuncio a mi cargo de presidente para que (Carlos) Mesa y (Luis Fernando) Camacho no sigan persiguiendo a dirigentes sociales”, dijo Morales a través de la televisión, aludiendo a los líderes opositores que convocaron protestas en su contra.

Inmediatamente después del anuncio, las calles de La Paz se convirtieron en un carnaval, con el estallido de petardos y miles de manifestantes ondeando banderas tricolores bolivianas (rojo, amarillo y verde).

“Estoy renunciando para que mis hermanas y hermanos del MAS no sean más hostigados, perseguidos ni amenazados; lamento mucho este golpe cívico con algunos sectores de la Policía por plegarse para atentar con la democracia, la paz social, con amedrentamiento de intimidad al pueblo boliviano. Quiero decirles a mis hermanos que la lucha no termina acá, los humildes, los pobres, vamos a continuar con esta lucha”, agregó Morales.

Morales, de 60 años y en el poder desde 2006, había ganado la reelección en las cuestionadas elecciones de octubre, pero la misión de auditoría de la OEA detectó numerosas irregularidades, en un informe divulgado este domingo.

En las horas siguientes, Morales perdió el apoyo de las Fuerzas Armadas y de la Policía, mientras miles de personas exigían su renuncia en las calles.

“El golpe de Estado se ha consumado“, dijo el vicepresidente Álvaro García Linera, sentado al lado de Morales, quien también anunció su dimisión.

El gobernante anunció su renuncia desde la zona cocalera de Chimoré, su cuna política en la región central de Cochabamba.

Morales llegó en la tarde a dicha zona a bordo del avión presidencial, acompañado de García Linera.