El proyecto que busca bajar a 40 horas la jornada laboral sigue siendo tema de debate, sobre todo luego que la bancada transversal que impulsa el proyecto se reuniera con la Confederación Nacional de la Pequeña Industria (Conupia), que reúne a más del 50% de las Pymes del país.

En esta reunión los congresistas comprometieron una aplicación gradual de la reducción si es que el proyecto se convierte en Ley.

La diputada comunista, Camila Vallejo, comprometió una indicación para el trámite del proyecto que se encuentra en la Comisión de Trabajo para su votación en particular, la que otorgará a las pequeñas y medianas empresas un plazo de dos o tres años para acogerse al nuevo régimen horario.

“Entrada en vigencia la Ley, hay un tiempo de dos a tres años de gradualidad para los pequeños y micro empresarios de hasta 50 mil UF de venta, por lo tanto es una política que les permitirá a ellos adecuarse, un plazo razonable a la reducción de jornada laboral”, dijo la legisladora.

El presidente de Conupia, Roberto Rojas, aseguró que el escenario apocalíptico que se ha querido dibujar en torno al proyecto de 40 horas tiene un trasfondo ideológico y valoró el compromiso de otorgar tres años de plazo a las micro y pequeñas empresas para implementar la nueva jornada laboral.

El ministro de Trabajo, Nicolás Monckebergmoderó las críticas al proyecto y aseguró que la iniciativa de Vallejo, como aquella que impulsa el Gobierno para flexibilizar el mercado laboral, apuntan a otorgar más tiempo para que los trabajadores estén en familia, o desarrollen otro tipo de actividades.

Pese a la apertura del ministro Monckeberg, el jefe de cartera puntualizó que la gran diferencia entre el proyecto de 40 horas y la iniciativa del Ejecutivo es que el proyecto de la bancada transversal mantiene condiciones laborales rígidas, mientras que el segundo introduciría flexibilidad en las relaciones laborales.