La noche de este domingo TVN emitió un nuevo capítulo de Informe Especial donde se revelaron detalles desconocidos del actuar criminal de Hugo Pastén Espinoza, denominado como “el psicópata de Copiapó”, junto al testimonio de una antigua víctima que logró escapar de la muerte.

El acusado de los crímenes de Sussy Montalván, quien murió calcinada, y Marina Cabrera, cuyo cuerpo fue encontrado en un pique minero abandonado, tiene una trayectoria criminal que se remonta al 2004, cuando el hombre secuestró y violó a dos mujeres en Copiapó. Una de ella es Ana, nombre ficticio que le otorgó el programa para proteger su identidad, quien conversó con el periodista Anwar Farrán para entregar su testimonio de la pesadilla que vivió en ese año.

Entre sus declaraciones, la mujer que fue violada por Pastén en 2004, afirmó que “tengo rabia porque salió antes del tiempo y tiene muchos beneficios (…) salió inmediatamente y empezó a hacer las mismas cosas y peores“.

En ese entonces, el hombre golpeó, robó y atacó sexualmente a Ana, para luego amarrarla y dejarla en el maletero por horas. Afortunadamente, en su desesperación la mujer logró abrir el portamaletas y aprovechando un semáforo en rojo, se tiró a la calle.

11 días después, el mismo sujeto atacó y violó a otra mujer, a quien dejó amarrada en medio del desierto. Recién a los días de ese ataque, Pastén fue detenido.

En julio de 2005, el Tribunal de Juicio Oral en lo Penal de Copiapó, condenó a Pastén a 24 años y un día de prisión por el delito de robo con violación contra dos ciudadanas de Copiapó, sin embargo, luego de cumplir poco más de la mitad de su condena, obtuvo el beneficio de libertad condicional por su buen comportamiento en prisión.

Los audios de la audiencias de 2005 revelan, en parte, quién es realmente Pastén, ya que una perito describió aspectos de su personalidad. El sujeto declaró sobre sus víctimas en el juicio que “tiene que tener un poquito de sentimiento ella también (…) y al final reconocer no más que ella engañaba a su marido, nada más que eso y con una persona más joven”. Aseguró que “atendía señoras casadas” y que sus víctimas habían sido “clientes suyas”.

Cuando salió de la cárcel, Hugo Pastén utilizó su cuenta de Facebook para festejar su libertad y advirtió a quienes “le deben”, que mejor “le paguen antes de que él los encuentre”.

Uno de los detalles de su modus operandi, es que Pastén actuaba siempre en despoblado, una agravante en su contra que consta en el expediente. Primero robaba y luego violaba a sus víctimas, para ello, utilizaba un cuchillo de 18 centímetros que sumada la empuñadura llegaba a 25 centímetros.

Gracias a este “beneficio”, en enero de este año el sujeto también habría asesinado a Sussy Montalván, una estilista transgénero de Copiapó cuya casa fue quemada con ella al interior. Una de sus hijas, Daniela Lanchipa, acusó irregularidades en la investigación.

La mujer aseguró que la única evidencia estaba en el auto de su padre, el que fue encontrado a los días después del crimen. Allí hallaron un cabello al que le hicieron una prueba de ADN y que coincidió con Pastén. También se comprobó que la última conversación telefónica que tuvo Sussy fue con este hombre.

Lamentablemente hasta ahora el hombre no había sido detenido, lo que permitió que pudiera cometer al menos un crimen más, el de Marina Cabrera. Asimismo, la familia de Catalina Álvarez, la otra joven desaparecida, busca con ansias su paradero en medio del desierto, mientras Pastén se niega a entregar información.

A los 16 años, Catalina desapareció el sábado 23 de junio, la principal hipótesis indica que fue abordada por el colectivo de Hugo Pastén, cuando regresaba a su casa de una fiesta.

Ximena Godoy, mamá de Catalina dijo sobre el acusado: “Que se pudra, yo le veo la cara y lo mato con mis propias manos, lo único que pido es que la justicia”.

Álvarez desapareció la madrugada del 23 de junio, la última vez que la vieron estaba arriba de un colectivo. Actualmente está siendo buscada por la Policía de Investigaciones además de amigos y familiares.

Cabe señalar que en el reportaje aseguran que desde enero de 2019, se exigen mayores condiciones para otorgar el beneficio de libertad condicional. Desde entonces, la violación se incorpora a los delitos que requieren del cumplimiento de, al menos, dos tercios de la pena.

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