Un día después de la devastadora explosión de gas en una maternidad, México se mantenía angustiado por el delicado estado de salud de nueve bebés gravemente heridos, algunos de ellos con quemaduras en más del 80% de su cuerpo.

La explosión del hospital materno infantil de Cuajimalpa provocó la muerte a dos recién nacidas y una enfermera, causó lesiones a 73 personas entre ellas 18 en grave. La mayoría sufrió quemaduras y traumatismos craneoencefálicos.

Siete de los nueve bebés en estado delicado presentan quemaduras, uno de ellos tan graves que fue trasladado al hospital infantil de Galveston, Texas (sur de EEUU), dijo el alcalde de Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera, a Radio Fórmula.

Actualmente siguen hospitalizadas 31 personas de las 73 heridas, añadió el funcionario.

El estallido, aparentemente generado por una fuga de gas del camión cisterna que abastecía al hospital, ocurrió a primera hora de la mañana del jueves cuando se atendía a una veintena de mujeres embarazadas o que acababan de dar a luz, quienes tuvieron que huir despavoridas y salvar a sus bebés como pudieron.

El caos que generó la explosión llevó a que todavía este viernes haya nueve bebés sin identificar, de los 13 que siguen recibiendo atención médica.

Autoridades les están sometiendo a pruebas de ADN dado que en el momento del estallido no llevaban brazalete, presumiblemente porque acudieron al centro para una consulta externa, y las autoridades quieren cerciorarse de que los entregan correctamente a sus padres.