El caso de Antonia Garros, la joven de 23 años que se lanzó desde un edificio en Concepción, en un contexto de supuesta violencia ejercida por su pololo de 33 años, sin duda ha conmocionado a la capital regional del Bío Bío y a todo el país.

Ahora es su madre, María Consuelo Hermosilla, quien lleva adelante una lucha para sacar adelante la ya denominada #LeyAntonia, una norma que permita castigar con mayor fuerza la violencia en el pololeo.

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Sin embargo, al mismo tiempo, María Consuelo abrió su corazón y contó sobre los dramáticos episodios que debió enfrentar su hija y sobre cómo comenzó a darse cuenta de los cambios físicos y psicológicos de su hija, en una transformación que terminó en tragedia.

“Me llamó mucho la atención una vez que estábamos en un asado en la terraza. Mi dormitorio daba hacia allá y escuché que le dijo weona. Entonces, le dije por qué te hablan así, si tú no estás acostumbrada a que te traten de esa forma. Ella se justificó diciendo que era una broma, que él estaba curado”, recuerda la mujer, que a pesar del dolor, según relata Alejandra Valle, la reconocida periodista que le realizó la entrevista para El Mostrador, se nota entera.

“En la casa vivíamos cinco personas. Mis padres, mi otra hija, Antonia y yo. Mi padre tiene un problema de movilidad, así que nunca sube. Por eso en el segundo piso, teníamos nuestra dinámica femenina medio desnudista. Antonia era bien blanca y le empecé a notar moretones. Por la parte interna de las piernas, debajo de las pechugas, mucho en los brazos y el estómago, en la espalda. Y de un día para otro, una niña que era muy, muy viva, empezó a caerse a cada rato, a pegarse con cosas. Torpe. Eso era extraño“.

Antonia Garros | Facebook
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“Le pregunté: ¿Andrés te hizo eso? Y me decía, ‘nooo, lo que pasa es que cuando a Andrés le da nervio me pellizca'”, relata María Consuelo, quien asegura que su hija siempre le pidió que no se metiera en su relación, supuestamente por temor a la reacción que pudiera tener Andrés, el hombre sindicado como agresor.

“Yo me di cuenta que el pavor de ella tenía que ver con que si yo le decía algo, él iba a arremeter contra ella. Y una vez hablé con él. El 13 de agosto él le reventó el ojo a la Antonia. Supuestamente iban a acampar por 3 días y yo no quería. Pero ella se fue igual. Llegó el lunes y cuando yo la vi tenía el ojo así. Ella me dijo que no quería que yo la viera porque iba a pensar que Andrés le había pegado. Reaccioné rápidamente y le dije que, como no había sido él, fuéramos a constatar lesiones. Ella whatsapeaba y whatsapeaba hasta que se fue. Él la estaba esperando abajo y ahí le pedí que habláramos. Bueno él vive en un tipo búnker. En más de una ocasión estuve pegada al citófono de su casa y nunca me abrieron. Así que lo llamé y le dije que necesitaba hablar con él. Y él me dijo “ya tía, ningún problema”. Quedó de ir y al final me dijo que no podía“, afirmó la mujer.

Según cuenta la mamá de Antonia, las situaciones de violencia se intensificaron en el último tiempo y luego de que los padres del hombre le compraran el ahora tristemente conocido departamento en Pedro de Valdivia.

En diciembre la situación llegó a su punto máximo, cuando el tipo fue descubierto in fraganti agrediendo a Antonia y ella presentó la denuncia. Sin embargo, luego de un par de semanas, indica Hermosilla, ella volvió a los brazos del violento pololo.

Antonia Garros | Facebook
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“Me quedó súper patente que ella tuvo que ir a acompañarlo tres días porque él se angustiaba estando solo. Le decía que iba a tomarse una caja de Ravotril, que se iba a matar, la tenía siempre asustada. Mi hija quería vivir y mi hija fue víctima de la violencia y por eso murió.“, aseguró María Consuelo.

La madre además dio cuenta de cómo era su pequeña antes de entrar en este círculo de violencia del que sólo logró escapar encontrando la muerte.

“Ella tenía una tremenda personalidad. Fuerte. Era extrovertida. Buena pal weveo. Donde iba tenía amigos. Me acompañaba a ayudar a los hogares de niños. Tenía súper buen corazón. Se traía perros. Habíamos llegado de Pucón y el jueves nos íbamos a Maitencillo. Tenía el bolso a medio hacer con mucha ropa. El día martes que murió, le llegaron tres paquetes de cosas de AliExpress porque compraba ropa para vender. Era una niña que quería vivir. Pero este hombre la tenía aterrorizada”.

“Ella nunca tuvo depresión, pero volvió con él dos semanas antes y mentía diciendo que estaba con otro. Me mintió a mí y yo estaba tan contenta. Le mentía a sus amigas. Él es 100% responsable la haya empujado físicamente o sicológicamente y por eso vamos a sacar la ley Antonia”, confiesa Hermosilla.

Ahora el foco de María Consuelo es precisamente ese: Hacer realidad una ley que honre a su hija y ayude a otras mujeres que pasan por situaciones similares producto de la actual precariedad de la norma.

“La gente hoy casi no se casa. La gente pololea, y la violencia parte en el pololeo cuando nos controlan, nos minimizan. Lo que pasó en diciembre se tipifica como heridas leves. Si ellos hubiesen estado casados habrían sido heridas menos graves. ¿Te parece lógico eso? Tienes que tener tres denuncias de lesiones para que pueda existir orden de alejamiento. Y si hay una denuncia tiene que ser ratificada por la víctima o la justicia no puede hacer nada. Por eso estoy tranquila, estoy firme porque tengo un motivo y ese motivo es la Ley Antonia. El pololo de Antonia no ha sido juzgado, por lo que suscritas a la presunción de inocencia de cualquier ciudadano, hemos protegido su identidad. De todos modos, creemos que la ley Antonia es más que necesaria y apoyaremos a su familia y amigos hasta que la violencia en el pololeo sea considerada violencia intrafamiliar“, cerró la madre de la joven Antonia Garros en la entrevista con El Mostrador.

Antonia Garros | Facebook
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Parte de estos antecedentes también los dio a conocer en conversación con el matinal nuestra casa, en un segmento que puedes revisar completo a continuación.