A partir del 1 de abril, fecha en que entra en vigencia la Reforma Laboral, la jornada de trabajo podrá reducirse a cuatro días, dejando así tres días de descanso.

La ley 20.940, que moderniza el sistema de relaciones laborales, establece “pactos sobre condiciones especiales de trabajo”, que da la opción de distribuir las 45 horas semanales de trabajo en cuatro días y no cinco como funciona hasta ahora.

Las condiciones para acceder a este beneficio es que la “jornada no podrá exceder de doce horas diarias de trabajo efectivo” y que las empresas “tengan una afiliación sindical igual o superior al 30% del total de sus trabajadores”.

La normativa además establece que estos pactos solo podrán acordarse de forma directa y que su duración máxima será de tres años.