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Sin poder llegar a fin de mes: el drama económico de Álvaro Ballero que terminó con su matrimonio

La confesión más cruda de Álvaro Ballero tras su separación: “Ludmila siempre me lo dijo”
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Álvaro Ballero estuvo la noche de este domingo en Primer Plano, donde contó detalles inéditos de su separación con Ludmila Ksenofontova tras 17 años.

En el espacio de Chilevisión, evidenció que los problemas iniciaron cuando fue despedido de Canal 13 tras tres años en la señal privada.

Según contó, llevaba un estilo de vida más costoso del que podía solventar. Y aún cuando su exesposa se lo advirtió, no siguió sus consejos.

“Yo no tenía cómo vivir. Mi papá me apoyó. O sea, a veces para comprar las colaciones de los niños, ‘depósitame veinte lucas’. Mi papá no es millonario, él vive de su jubilación”, confesó.

“Mi hermana mayor le pagó el colegio a los niños durante un año, porque no teníamos cómo. Y en esa angustia, que te llamaran los bancos, que si no vendía la casa, yo decía ‘nos vamos a ir a la calle'”, agregó.

Asimismo, contó que “yo arrastro una deuda muy importante. Si yo no hubiera vendido el depto, yo no tenía cómo vivir, porque es una familia muy grande, donde siempre quise darle la mejor educación y quizás no correspondía”.

“No debimos haber llevado a los niños al colegio que lo llevamos, debimos ir a uno más barato, no debimos haber vivido en la comuna que vivíamos, no debí tener el auto que tenía. Y esos fueron errores míos. Ludmila siempre me dijo que debimos llevar una vida más acorde a la realidad que tenemos”, agregó.

Álvaro Ballero y dinámica familiar

En el mismo programa, reveló que el querer quitarse el estigma de chica reality también le pesó, ya que se enfocó en su vida profesional más que familiar.

“Me equivoqué muchísimo. Yo trabajaba de lunes a viernes desde las 8 de la mañana y llegaba siempre pasado de las 10 de la noche a la casa. Y el fin de semana decía ‘tranquilos, yo voy a trabajar’ y me metía en mi computador”, sostuvo, detallando que no tenía tiempo de calidad con sus hijos.

Finalmente, indicó que “me metí a trabajar con ese pensamiento de que uno es solamente el proveedor. Para mí era mucho más fácil ser ejecutivo, ser trabajador, que ser papá, que ser esposo, que ser buen marido”, cerró.