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El íntimo recuerdo sobre su padre de Quique Neira: lo contó en íntima conversación junto a Luis Jara

Luis Jara y Quique Neira
Comunicado de Prensa

Aunque Quique Neira no suele hablar de su vida personal, lo hizo en una íntima conversación junto a Luis Jara. Aquí, el músico se permitió reflexionar sobre la Navidad desde un lugar poco habitual: la ausencia, la paternidad y la relación con su padre, marcada por silencios, distancia y comprensión tardía.

“La Navidad siempre fue especial para mí y siempre, toda mi vida, yo he sentido que la Navidad tiene una melancolía extraña”, reconoce Neira, dando el tono a un diálogo honesto y sin poses.

Al hablar de su infancia, el artista recuerda sin edulcorar: “Cuando yo era chico, mi papá no estuvo mucho conmigo”. Y agrega, con una sinceridad que conecta de inmediato: “Yo en su momento lo culpaba y le reprochaba: no estuviste conmigo”.

Con el paso del tiempo, esa mirada cambia. Hoy, desde la adultez, Neira logra resignificar ese vínculo. “Pero ahora digo, claro, mi papá era como era y fue como fue, porque era parte del libreto”, afirma, dejando atrás el reproche para dar paso a la comprensión.

Uno de los momentos más emotivos de la conversación ocurre cuando el músico habla de la canción Ven a mi casa esta Navidad, escrita hace más de dos décadas. Al volver a interpretarla, el sentido se transforma. “Cuando me puse a cantarlo, me di cuenta de que en realidad la canción fácilmente me la podía estar cantando a mí mismo”, confiesa. La razón es clara y dolorosa: “Se da que mi papá no está y que tengo a uno de mis hijos en Australia”.

Ese cruce entre padre e hijo atraviesa todo el relato. Neira recuerda incluso el momento en que su hijo se despide de su abuelo antes de partir. “Mi papá le dijo: ‘ese es el espíritu nuestro, nosotros somos aventureros’”, cuenta, reconociendo en esa frase una herencia que sigue viva.

La Navidad, entonces, deja de ser una fecha simbólica para convertirse en un reflejo profundo de los vínculos. “Si yo quisiera yo tener a alguien en mi mesa esta Navidad, sería a mi papá”, dice Neira, sin rodeos.

Luis Jara acompaña la conversación desde una experiencia distinta, pero complementaria. “Dentro de la nostalgia de que soy huérfano hoy día, lo que más contento me tiene es poder sentarme a la mesa con mis hijos”, señala, reforzando la idea de que el verdadero valor está en la presencia.

Sin dramatismos ni frases hechas, el diálogo entre ambos artistas propone una mirada distinta sobre la Navidad. Una más real, más humana y profundamente reconocible. Porque, como bien resume Jara hacia el final, “las ausencias van a estar”, pero también lo estarán los recuerdos, la memoria y el amor.

Revisa la conversación completa aquí: