La milagrosa cirugía que salvó a niño que sufrió “decapitación interna” en accidente
El 15 de septiembre es una fecha que Rylea Taylor no olvidará. Esta mujer conducía por las calles de Melbourne, Australia, cuando se encontró de frente con tres adolescentes haciendo “donas” (maniobra que consiste en marcar círculos en el pavimento con el auto).
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El accidente no sólo la dejó muy herida a ella y a su hija de 9 años: también casi le costó la vida a su hijo de 16 meses. El pequeño Jackson Taylor bien podría haber muerto, ya que sufrió una lesión conocida como “decapitación interna”: su columna se quebró de manera que su cabeza quedó separada de su cuello.
Así lo relató la mujer, en un testimonio recogido por la revista femenina Cosmopolitan. “El 15 de septiembre, tres chicos decidieron hacer ‘donas’ y otras piruetas en auto en una carretera de Nuevo Gales del Sur. Su estupidez le costó a mi familia más de lo que podrías imaginar”, comienza su historia.
La mujer iba manejando a 100 kilómetros por hora, cuando se encontró con el polvo que habían levantado los jóvenes. Al poco rato después, colisionaron de frente: “la colisión fue tan fuerte que los airbags se desplegaron. Mi hija de 9 años estaba inconsciente y mi hijo de 16 meses estaba gritando, mientras ambos sangraban de sus pequeñas caritas”, agregó, tal como traduce Página 7.
“Al abrir pateando la puerta del auto chocado, me encontré con los tres irresponsables chicos en uniforme escolar que habían roto a mi familia. Al sacar a mi hijo del auto, me di cuenta de que su cuello estaba roto, mientras mis parientes y las personas que viajaban atrás mío asistían a mi hija de 9 años. Intenté permanecer calmada, abrazando desesperada a mi niño, diciéndole que todo estaba bien”, concluye.
Por suerte, su complicada lesión fue atendida por el médico Geoff Askin, conocido como “el padrino de la cirugía de columna”, quien unió a un equipo de cirujanos para trabajar con Kackson. Aunque sus heridas eran “las peores que haya visto”, tras 6 horas trabajando en el quirófano lograron volver a unir su cuello a la cabeza, usando piezas de sus costillas y algo de cable.
Luego, le instalaron una máquina conocida como “halo”, que lo ayuda a mantener unida su cabza y el cuello y fue así como sobrevivió al delicado procedimiento. “Muchos niños ni siquiera sobrevivirían a la herida, en primer lugar y si lo hicieran, no podrían moverse o respirar de nuevo”, explicó.
Pero Jackson sí lo logró y sólo tendrá que usar el dispositivo por 8 semanas. Después de eso, podrá volver a su vida normal. “Estamos muy, muy agradecidos”, afirmó su padre, Andrew Taylor, tras la operación. Mientras, su madre comenzó una petición para aumentar las penas a los jóvenes que provocaron el accidente.



