Esta pareja esperó nueve años para abrir el regalo de bodas de su tía abuela: esto era
Una invitación a la boda de unos amigos hizo a Kathy Brandon Gunn ponerse a pensar en qué regalar, una pregunta más que frecuente en cada oportunidad en que alguien cercano va a dar el importante paso en el altar.
Por eso hicieron un recuento de lo que recibieron en su matrimonio hace 9 años y en eso también tomaron un regalo que aún tenían guardado. Una caja blanca que les obsequió la tía abuela de Kathy con un simple mensaje: No abrir hasta el primer desacuerdo (o una pelea fuerte).
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“Obviamente, ha habido un montón de discrepancias, discusiones y portazos a lo largo de estos nueve años. Incluso hubo un par de momentos en los que ambos nos planteamos rendirnos… pero nunca abrimos la caja”, contó Alison cuando decidió compartir su historia en Facebook.
El regalo en realidad era bastante simple, algunos artículos de baño, un par de copas y dos mensajitos con algo de dinero.
El obsequio para Kathy decía: “Para que compres una pizza, camarones o algo que les guste a los dos. Prepara un baño de tina”. En tanto, el de Brando señalaba: “Para que compres flores y una botella de vino”.
Pero más allá de lo que contenía la caja, que parecía contener una antigua y secreta fórmula para salvar una relación, fue el significado del regalo lo que más le llegó a la pareja.
“Durante nueve años (y tres mudanzas) esa caja ha estado esperando en una estantería del armario, cogiendo polvo, pero, de alguna manera, nos ha enseñado algo sobre tolerancia, comprensión, compromiso y paciencia. Nuestro matrimonio se fortaleció cuando nos convertimos en mejores amigos, socios y compañeros de equipo. Decidimos abrir la caja porque tuve una revelación. Me di cuenta de que las herramientas para crear y mantener un matrimonio fuerte y sano nunca estuvieron dentro de una caja, sino dentro de nosotros”, contó la mujer en su publicación. Ella asegura que no existió un mejor regalo de bodas y que llegó mucho más profundo de lo que seguramente su tía, que llevaba casada más de medio siglo, pretendía.
“La vida da tantas vueltas para todos, fuera del matrimonio, que lidiar con esos problemas puede ser difícil si no tienes a alguien con quien contar, en quien apoyarte, en quien confiar o con quien llorar. Brandon es mi constante compañero. Independiente de los problemas a los que me enfrente, sé que siempre puedo contar con que esté ahí para mí, y yo lo estoy para él. Es mucho más fácil vivir la vida sabiendo que hay alguien que siempre estará ahí y que haría cualquier cosa por ti sin importar el día o la hora”, confesó Kathy al Huffington post, revelando que el verdadero secreto para un buen matrimonio es simple: ser amigos y compañeros en las buenas y sobre todo en las malas.
Tal vez sea cierto, un buen baño, una rica comida, un deliciosa copa de vino y una grata y abierta conversación pueden salvar cualquier matrimonio.
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Revisa el mensaje completo de Kathy en Facebook a continuación.
“Acostamos a los niños y disfrutamos de una copa de vino. Estábamos hablando de lo ilusionados que estábamos por ir a una boda en Kalamazoo (donde nos conocimos y fuimos a la universidad) y de cuál podría ser el regalo perfecto para los recién casados. Así que me puse a rememorar el día de nuestra boda (hace casi nueve años) e intenté recordar los regalos que más habían significado para mí. Y lo gracioso es que el regalo que más había significado para mí todavía estaba en el armario… sin abrir.
El día de nuestra boda, mi marido Brandon y yo recibimos un regalo de mi tía abuela Alison. Sobre la caja blanca había un sobre que rezaba: ‘No abrir hasta la primera discusión’. Obviamente, ha habido un montón de discrepancias, discusiones y portazos a lo largo de estos nueve años. Incluso hubo un par de momentos en los que ambos nos planteamos rendirnos… pero nunca abrimos la caja.
Sinceramente, creo que los dos evitamos recurrir a la caja porque simbolizaría nuestro fracaso. Para nosotros, habría significado que no teníamos lo que hacía falta para que nuestro matrimonio funcionara, y los dos somos demasiado cabezotas. Así que nos obligaba a reevaluar la situación ¿De verdad era el momento de abrir la caja? ¿Y si no era nuestra peor discusión? ¿Y si teníamos por delante una peor y ya no teníamos la caja para esa? Como decía mi tío abuelo Bill, ‘nada es tan malo como para no poder empeorar’.
Durante todo ese tiempo, dimos por hecho que la caja contenía la clave para salvar un matrimonio —un viejo truco— desconocida para unos novatos como nosotros. Después de todo, mis tíos llevaban casados más de medio siglo. Así que pensamos que la caja nos salvaría; y lo hizo, en cierto modo. Creo que esa caja llegó más lejos de lo que mi tía abuela pretendía. Fue el mejor regalo de boda por lejos.
Durante nueve años (y tres mudanzas) esa caja ha estado esperando en una estantería del armario, cogiendo polvo, pero, de alguna manera, nos ha enseñado algo sobre tolerancia, comprensión, compromiso y paciencia. Nuestro matrimonio se fortaleció cuando nos convertimos en mejores amigos, socios y compañeros de equipo. Decidimos abrir la caja porque tuve una revelación. Me di cuenta de que las herramientas para crear y mantener un matrimonio fuerte y sano nunca estuvieron dentro de una caja, sino dentro de nosotros”.
*Traducción: Huffington Post