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Por qué no es bueno darles una mesada a los niños y cómo reemplazar esta idea

Nadie Pérez | Agencia UNO
Nadie Pérez | Agencia UNO

El dinero y su administración es un tema que ha obligado a cientos de especialistas a idear fórmulas adecuadas para que las personas sepan cuidarlo y utilizarlo de manera consciente y así evitar el endeudamiento.

En este contexto, cabe señalar que a fines de 2017, el Banco Central determinó que el nivel de endeudamiento de los hogares chilenos llegó a un histórico 70%, incremento que se explica tanto por el aumento de préstamos bancarios como por el menor dinamismo del ingreso.

[leetambien]https://www.pagina7.cl/notas/actualidad/nacional/2018/06/26/cifra-ine-la-mayoria-de-los-hogares-chilenos-gasta-mas-de-lo-que-ganan-mensualmente.shtml[/leetambien]

Por lo mismo, si aprendiéramos a administrar el dinero desde temprana edad, seguro nuestro presente sería muy distinto. Lo anterior porque de acuerdo a estudios psicológicos, lo que aprendemos en los primeros años de vida, da forma al carácter y a la personalidad.

Según Piaget, epistemólogo, psicólogo y biólogo suizo, en su teoría constructivista del desarrollo de los conocimientos, indica que durante los primeros 3 años de vida los niños(as) son como “esponjas”, ya que absorben todo lo que les rodea.

Asimismo, José Rodríguez Delgado, profesor e investigador español de fisiología, autor de La mente del niño: Cómo se forma y cómo hay que educarla, indica que el 75% de la maduración del sistema nervioso está programado genéticamente mientras que el 25% restante depende de la experiencia.

Pixabay (cc)

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No obstante, en una sociedad marcada por el consumo y la competencia, la adquisición de bienes diferenciadores es casi una obligación para aquellos padres que provienen de familias de bajos recursos pero que han logrado una estabilidad económica suficiente como para darle a sus hijos todo lo que ellos no tuvieron, sin embargo, el mayor error aquí es que no les enseñan a generar riqueza.

Y es que enseñarles a los niños que el dinero es fruto del trabajo o la inversión, y no que nace de los cajeros automáticos, de una herencia o de un juego de azar, es fundamental. En ese sentido, la popular ‘mesada’, independiente de la cantidad de plata que involucre, no sería una práctica muy recomendada, ya que no enseña cómo funciona realmente la vida, señala Carlos Smith, académico del Centro de Estudios en Economía y Negocios (CEEN) de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Desarrollo.

Dave Ramsey y Rachel Cruze en su libro Smart money, Smart kids, indican que es mucho más recomendable pagar una comisión o “salario” por ayudar en las labores del hogar, que entregar dinero porque sí. Obviamente, en esta ayuda no se incluyen las labores obligatorias de todo niño como ir a estudiar, cepillarse los dientes, ordenar su pieza, entre otros.

En ese sentido, para los niños entre los 3 y 5 años las labores deben ser sencillas como guardar las compras del supermercado y poner la mesa antes de comer. Lo ideal sería pagarles con monedas, para que ellos entiendan que el trabajo genera un efecto, dinero.

Entre los 6 y 13 años, se deben incluir otros trabajos como lavar el auto y ayudar en el jardín. Se recomienda pagar semanalmente y empezar a enseñarles cómo hacer un presupuesto.

Rawpixel (cc)

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¿Cómo enseñarles a administrar ese dinero?

Una forma sencilla es dividir el dinero en 4 partes:

20% para ahorrar; 20% para dar; otro 20% para invertir y el restante 40% para gastar.

El primer 20% es para que su hijo cumpla sus deseos. Con ese fin se le debe enseñar a fijar un objetivo y un monto a alcanzar para que ese ahorro no se desvíe.

El segundo porcentaje es para “dar”. Aquí lo esencial es llevarlo a fundaciones para que experimente las necesidades que están pasando otros niños. Esto le ayudará a ser sensible y agradecido.

El tercer 20% es para invertir, el cual no se debe disponer hasta que se tenga una idea de negocio factible. Muchas ideas creativas a los 13 años y hasta los 23 años, se dejan de efectuar por falta de un “capital”.

El cuarto fondo es el de “gastar”. No deje que lo ahorre ni lo invierta. Es para que él entienda que todo esfuerzo tiene su recompensa.

Pablo Ovalle Isasmendi | Agencia UNO

Pablo Ovalle Isasmendi | Agencia UNO

La última etapa es la de 14 a 22 años. Aquí se recomienda que los pagos se hagan mensualmente y se les vayan sumando tareas más especializadas. Llevarlo al supermercado con una lista y un presupuesto. Esto hará que se involucre más con la ejecución del presupuesto y entienda la importancia del ahorro en el hogar.

Finalmente, se deben tener en cuenta que los niños aprenden por medio de lo que observan, por ende, cuide sus hábitos financieros. Recuérdeles que su patrimonio no les pertenece, para no generar falsas expectativas. Y quizá lo más importante de todo, es enseñarles a vivir una vida sencilla, a no compararse y que disfruten lo que tienen, pues así es la única forma en que les rendirá más el dinero.