Metro comienza instalación de puertas de protección en Línea 1: ¿con qué estación partieron?
La mañana de este domingo, Metro de Santiago confirmó el inicio de un hito largamente anunciado: la instalación de puertas de andén en la Línea 1, una de las más utilizadas de la red y considerada la “columna vertebral” del transporte público capitalino.
Se trata de una medida que apunta a fortalecer la seguridad operacional del servicio y la protección de los usuarios, en el marco de uno de los proyectos más ambiciosos que actualmente impulsa la empresa estatal, junto con la construcción de las futuras Líneas 7, 8 y 9.
Puertas de andén en Línea 1 del Metro: San Pablo marca el inicio del proceso
A través de sus redes sociales, Metro informó que los primeros trabajos ya comenzaron en la estación San Pablo, punto de combinación entre las Líneas 1 y 5, donde desde hace meses se realizaban labores preparatorias para este avance tecnológico.
“Comenzamos con la instalación de las puertas de andén en San Pablo”, señalaron desde la empresa, detallando, además, que estas estructuras serán similares a las que hoy operan en las Líneas 3 y 6, las únicas completamente automatizadas del sistema.
En esa misma línea, Metro precisó que “tal como estaba programado, iniciamos el montaje de las puertas de andén en la estación San Pablo de Línea 1. Los primeros trabajos ya son visibles para quienes toman el tren a diario”.
Desde la empresa destacaron que la implementación de este sistema traerá múltiples beneficios para los usuarios. “Este proyecto permitirá reforzar la seguridad operacional, mejorar la confiabilidad del servicio y aportar a un viaje más tranquilo para los 2,4 millones de personas que se mueven en Metro cada día“, indicaron.
Avance progresivo y sin suspensión del servicio
De acuerdo con el cronograma informado, la estación San Pablo será la primera en contar con puertas de andén en la Línea 1, para luego avanzar progresivamente estación por estación en dirección al oriente.
Eso sí, se trata de una operación compleja que se extenderá por aproximadamente cuatro años y medio, período en el que no se contempla la suspensión del servicio de trenes, lo que permitirá mantener la operación habitual mientras se ejecutan los trabajos.
Con esta iniciativa, Metro de Santiago busca dar un nuevo paso en materia de seguridad y modernización, en una de las líneas más emblemáticas y transitadas de toda la red.