La mañana de Chilevisión cuenta con dos grandes amigos como dos de sus figuras centrales: Rafael Araneda y Felipe Vidal. Los cuentos y anécdotas entre estos periodistas y conductores de televisión no son pocas y es que casi 25 años de amistad no los tiene cualquiera.

Por supuesto muchas veces los temas que tocan en el programa hacen recordar experiencias que ellos vivieron en algún momento de su vida y el tema de Rafael Garay, que ha tomado gran protagonismo en el programa, fue el gatillante de un extraño recuerdo.

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Para que se queden tranquilos no tiene que ver no ningún tipo de estafa, sino que con clubes eróticos. En el matinal recordaron las ‘aventuras’ del economista en el reconocido y popular Passapoga, lugar donde se han presentado figuras como Kenita Larraín y Pamela Díaz, quien incluso relató su experiencia bailando ahí en el año 2008.

Sin embargo, el tema pronto derivó en una conversación sobre los clubes nocturnos. Fue Carola De Moras quien le preguntó al Rafa si había ido a este tipo de lugares y si lo había hecho solo o acompañado.

“He ido. Una vez estuve en un local extraordinario, no voy a dar el nombre porque no voy a dar publicidad”, confesó el animador del Festival de Viña. agregando que se trató de un club en Buenos Aires y que fue con su mujer y que ahí también llegó un amigo.

Ni tonta ni perezosa su compañera en la Quinta consultó de qué amigo se trataba, indicando a Vidal.

“El tema es que da lo mismo si era Felipe o no, el problema es con lo que andaba en la mano. Entramos ahí, todos cancheros con la Marcela, y este otro llega con una bolsa con un peluche de Barney en la mano y con un libro de Bob, El Constructor. Sentado en la barra: ‘¿A dónde lo puedo dejar?’. Y las cabras así (pose sexy en la barra)” contó Araneda, según consignó Glamorama.

A Vidal no le quedó otra que dar la cara y contó, entre risas, qué hacía con esos artículos infantiles en el prendido y erótico local.

“Es que Buenos Aires da para mucho y al frente había un quiosco que vendía libros para niños”, señaló el exrostro ancla de La Red.

Lo que contaría pronto su amigo fue sencillamente revelador y quizás algo inadecuado para el horario.

“Después el peluche daba bote para allá y para acá y yo dije ‘¿cómo este peluche va a estar en las manos de estos niños después?’. De repente vi a una niña en el caño y el peluche al medio. ¡Ni les cuento lo que sucedió con Barney!”, reveló riendo el animador.

“Desapareció el peluche, nunca más apareció. Lo buscaron, pero no hubo caso”, replicó Felipe, para cerrar la anécdota.