Isabel Fernández entró a la televisión con sólo 14 años, pero alcanzó popularidad entre 2004 y 2008 al conducir el programa de corte infanto-juvenil Invasión de Chilevisión.
Gracias a ese espacio, Fernández fue invitada a participar de la tercera temporada del reality Pelotón, y pese a que fue la segunda eliminada, siguió participando de algunos proyectos del canal. El último fue el fallido reality show El Experimento, que conducía junto a Sebastián “Lindorfo” Jiménez.
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Hoy tiene 28 años estuvo durante 15 meses en Florianópolis, Brasil. Esta semana volvió a nuestro país para trabajar en algunos clubes del país como DJ, su otra pasión, y en entrevista con la Revista M, “Isa” habló sobre sus aventuras en el país vecino.
“Desde que salí del colegio me quería ir del país. Mi papá vivió en Estados Unidos y Brasil, yo conozco 11 países, entonces quería seguir viajando y conociendo”, señala.
Bien “aperrada”, viajó por tierra y se demoró 21 días en llegar. Aprovechó de recorrer el norte de Chile, cruzó caminando la frontera a Tacna, luego Cuzco, Puerto Maldonado en el Amazonas, donde asegura que casi se “muere de susto” por las tormentas.
“Me cambiaron muy mal soles por pesos chilenos, soy cero en matemáticas. En Bolivia saqué plata de un cajero y a la salida tres hombres me asaltaron. En fin, después de un viaje en bus de 28 horas llegué a Sao Paulo”.
Luego en Florianópolis, sólo descansó un día y se dedicó a buscar trabajo, y para ello, incluso, tuvo que mentir en el currículum. “Saqué toda la tele y radio porque no dominaba bien el idioma. Inventé que había garzoneado y hecho el aseo. En tres días ya tenía trabajo en un restorán árabe y no tenía idea cómo se decían cuchilo, tenedor, cuchara y servilleta en portugués”, confiesa.
Sin embargo, Isa tenía otros planes entre manos, ella quería trabajar como DJ. No la “pescaron” mucho pero se las arregló, pues ofreció trabajar como DJ en su día libre, y en su debut, asegura, “el bar se llenó”.
“Otros colegas me basurearon un poco. Me tuve que comer todo mi orgullo, yo no era nadie allá. Yo prendía la fiesta, me sacaban, ponían a otro, se apagaban, y me volvían a llamar para motivar el ambiente. Se corrió la voz y terminé tocando en cuatro locales distintos”, comenta en el suplemento.
Pese a estar pasándolo muy bien, la rubia tuvo que volver por una “desgracia familiar” en la que no quiso entrar en detalles, además, sufrió un robo que valora en 2 millones de pesos, incluido su computador.
Respecto a los rumores que circularon sobre su vida amorosa y que se iba a Brasil a casarse con su ahora ex novia, asegura que no fue así. “Ella tenía 10 años menos, estaba entrando a la universidad. Me dolió el quiebre, lloré mucho. Tres veces me han ofrecido matrimonio y todos los anillos terminan volando”.
En este contexto, no tiene pelos en la lengua para decir que “en Brasil se respira sexo” y que allá parecía una “monja recatada” en comparación a ellos. También comenta que pagó todos sus pecados porque acá la mayoría de las veces fue infiel con sus parejas, y allá pese a que quería compromisos, todas le decían que no.
Por último, sobre su orientación sexual asegura que en ese país “nadie es hetero u homosexual, sólo son personas”, a diferencia de Chile donde aún “somos mal mirados en la calle”, agregando que “salir del clóset es difícil, rudo, cruel”.
La rubia estuvo tocando en el cumpleaños de Marisela Santibáñez durante el finde semana y ya tiene fechas confirmadas para tocar en la capital, Antofagasta, y Valdivia.
