Tras la desaparición del popular programa juvenil de Mega, sus figuras tomaron diferentes rumbos. Algunos siguieron ligados a la televisión, otros al baile, y otros derechamente encontraron su destino en actividades completamente diferentes.

Eso fue lo que pasó con Fernanda Brass, la brasileña que dejaba a todos los hombres con infarto cada vez que aparecía bailando en pantalla, decidió alejarse definitivamente de la televisión y entregar su vida a Dios.

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Según consigna el medio nacional La Cuarta, la ex bailarina decidió estudiar Pedagogía en Educación Física, y hace un par de meses que se convirtió en madre.

En entrevista con el diario pop, Fernanda asegura que nunca pensó en ser profesora, pero que ha descubierto tener aptitudes, y que decidió abandonar la pantalla pues sentía que su vida espiritual estaba muy abandonada.

Brass señala que su madre es evangélica y fue criada bajo esa religión, y que pese a haberse alejado durante su juventud, la “semilla del cristianismo estaba plantada, el Señor ya tenía listo todo, él me iba a llamar y yo lo tenía claro“, afirma.

OjoActivo (cc) | Flickr
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El detonante de la autocensura definitiva de la televisión y de tomar la decisión de dedicar su vida a Dios, fue un quiebre emocional, fue en ese entonces en que decidió buscar a Dios. “Tenía el anhelo de servir a Dios, de estar en su presencia“, confiesa.

Pese a que su marido no frecuenta la iglesia, dice que la acompaña en los momentos más trascendentes, y aunque aún no decide “servir”, ella ora y espera que llegue su momento.

Por último, respecto a su cambio de vida tan drástico, la brasileña señala convencida que lleva una vida normal, que sigue divirtiéndose y es totalmente feliz, algo que no sentía cuando trabajaba en Mega.

La gente cree que ser evangélico es fome y es como que ser canuto es muy demandante, hay que dejar muchas cosas, como si uno no pudiera hacer nada, uno tiene una vida normal, increíble, salgo a comer, me divierto con mis amigos, hago hartas cosas (…) Ahora bailo para el Señor, viajo igual, lo paso chancho, soy feliz, es una felicidad que no tenía cuando estaba en televisión“, remata orgullosa.