Sin lugar a dudas, una de las molestias que más incomoda cuando se está resfriado es la congestión nasal, más conocida como la ‘nariz tapada’.

Y claro, para tratar de solucionarlo, muchas veces las personas suenan lo más fuerte que pueden, aunque esto podría ser perjudicial para la salud.

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De acuerdo a la información entregada por David King, profesor de la escuela de medicina de la Universidad de Queensland, en Australia, en un ensayo publicado en el sitio The Converation, consignado por Emol, las causas más comunes de la congestión nasal son tres: el resfrío común, la sinusitis y la fiebre del heno o rinitis alérgica.

“Cada una de estas condiciones hace que el revestimiento de la nariz se hinche y produzca mucosidad extra para eliminar infecciones, irritantes o alérgenos“, explicó el experto.

Y es que la mucosidad acumulada impide la correcta circulación de aire por la nariz, lo que se soluciona únicamente sonándose. Aunque lo peor es cuando las secreciones se vuelven duras y pegajosas, haciendo más difícil su eliminación, lo que puede generar problemas secundarios.

Sonarse demasiado fuerte puede incluso llegar a fracturar los huesos de la base de la cavidad ocular; que duela la cabeza por el ingreso de aire al cráneo; que se rompa el esófago o que el aire se filtre hacia el mediastino (espacio entre los dos pulmones).

Por su parte, Nelly Baeza, médico y directora del Centro de Salud Pública de la Universidad Central, señaló a Página 7 que la mucosa nasal, al irritarse por alérgenos, cambios de temperatura o inflamación, produce una secreción -generalmente una mucosa transparente- que se puede infectar con microorganismos patógenos -lo más frecuente virus-, lo que hace que su cuantía aumente y cambie de color”.

Agregó también que “las personas, en la cultura occidental, tienen el hábito del uso del pañuelo; en Oriente se suele hacer lavado de fosas nasales diariamente. Nosotros utilizamos el pañuelo, el cual puede usarse suavemente al comprimir la pared externa de la fosa nasal cartilaginosa hacia la pared medial que es ósea. A ello muchas personas agregan exhalar por la nariz, lo que hace que la obstrucción mucosa salga, por diferencia en la fuerza que ejercemos, hacia el pañuelo“.

Dijo también que “la fuerza que realizamos depende de la cantidad de aire inhalado y lo cerradas que tengamos las fosas nasales con nuestros dedos. La fuerza se ejerce contra la mucosidad, sin embargo, cuando esto es repetitivo y la fuerza que usamos es mayor, se produce una ruptura de los vasos sanguíneos de la parte anterior de la pared medial, que son frágiles y se produce hemorragia, lo que se llama epistaxis. Esta hemorragia suele cohibirse espontáneamente con la presión de al menos 5 minutos, rara vez esta hemorragia necesita un tapón nasal que lo instala personal de salud con la técnica adecuada. De persistir la hemorragia debe consultar a un médico otorrinolaringólogo para su estudio”.

Lo recomendado para los días más complicados es el uso de descongestionantes o antihistamínicos que reducen la mucosidad y ayudan a descongestionar.

Las soluciones salinas mediante el uso de spray también son sugeridos. “Se cree que ayudan a limpiar la mucosidad aumentando la eficacia de los cilios (pequeños vellos), así como diluyendo las mucosidades gruesas y pegajosas”, añadió King.