Anna Victoria es una conocida bloguera fitness con más de un millón de seguidores en Instagram, a quienes día a día deleita con sus publicaciones relacionadas con la vida sana y el ejercicio.
Aún así, esta bloguera quiso compartir con sus fanáticos una verdad que no muchas se cuenta. Y es que sus impecables fotos no siempre reflejan la realidad.
Lee también: Joven estadounidense denunció a su jefe acosador y colegas la humillaron con cruel pastel
En ocasiones previas ella ha demostrado la diferencia que puede hacer una buena iluminación en el cuerpo, también ha compartido imágenes de sus “rollitos” y comprobado el poder que tiene tomar una fotografía desde el ángulo correcto.
Y esta vez regresó en una cruzada similar pero tomando el concepto de las “transformaciones de cuerpo” que a diario vemos en Instagram.
Anna Vicoria compartió una fotografía de un ‘antes y después’ de ella misma, del 2012 y 2017, sin embargo, no bautizó esta imagen como una “transformación”, sino que quiso reflejar los cambios interiores que marcaron este cambio.
““Mi transformación”. A veces no me gustan que lo llamen así porque nunca fue infeliz con la forma en que lucía cuando comencé a cambiar. Mi transformación tuvo que ver más con cómo me sentía en mi interior y mi salud, y eso es algo que no les puedo mostrar en una foto“, comenzó diciendo en su publicación.
La entrenadora señaló que si bien está feliz con sus cambios físicos, por los que ha trabajado duro, nada se compara a los cambios internos que ha vivido. “Los cambios no-físicos son los que me mantienen en marcha“, indicó.
Anna busca recordarnos que centrarnos solo en la apariencia no nos hará sentir lo suficientemente bien, pues nos hará olvidar otros aspectos importantes como el estar saludable para nosotros mismos.
“Siempre hay espacio para las mejoras físicas y siempre habrá alguien que lucirá mejor que tú, y esos son hechos que pueden volverte loco si eso es todo lo que te preocupa. Te deja en un estado constante de querer restringir tus comidas o ejercitarse en extremo, y si no eres cuidadoso con eso puedes convertir tu relación con la comida y el ejercicio en una obsesión poco saludable. Eso no es lo que yo quiero para mí ni para ninguno de ustedes“, afirmó.
OTO
Finalmente, para ella la comparación de un ‘antes y después’ no debe radicar en la diferencia de aspecto, sino en mantener un equilibrio y nunca dejar que tu estado físico te limite en las cosas que te gustan hacer.
“Estos últimos cinco años me exigí más a mí misma, pero también he estado viviendo mi vida, disfrutando de vacaciones, comiendo algunas comidas más ‘chanchas’ y no me arrepiento. No me ejercito para castigarme por comer helado y no me restrinjo si quiero relajarme un rato“, remató.



