Por supuesto que para muchas parejas transformarse en padres es el momento más especial de sus vidas, tanto que incluso la califican como una bendición o hasta un milagro.

Sin embargo, eso no significa que quieran tener hijos infinitamente, ni llenar su hogar de niños corriendo por los pasillos o armar un equipo de baby fútbol para jugar los fines de semanas.

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Para muchos padres tener un solo pequeño entre sus brazos es ideal y sencillamente no esperan tener más.

Pero el tener un hijo único puede transformarse en un problema y no precisamente a causa de él o ella, sino que de todas las personas que rodean a la familia. Tus parientes, tus amigos, tus compañeros de trabajo, todos ellos se pueden convertir en una verdadera pesadilla.

Es que, por alguna razón, las personas no pueden dejar de hacer preguntas molestas, incómodas e innecesarias en relación a la paternidad y cuando se tiene un hijo único, esa posibilidad parece incrementarse exponencialmente.

¿Qué pareja que ha decidido tener a un sólo bebé no ha escuchado ‘¿El segundo ya viene en camino?’ o ‘¿No les da penita que esté tan solito?’ Esos cuestionamientos son igual o incluso más frecuentes que la pregunta para los recién casados… ‘¿Y el bebé cuándo?’

A continuación te dejamos con una lista de 11 preguntas que los padres de hijos únicos están cansados de escuchar, según recopiló el Huffington Post, para que -si conoces a algunos- simplemente te restes de hacerlas.

1- ¿Tendrán otro pronto?
2- ¿Tienen problemas para concebir?
3- ¿No les preocupa que se sienta solo?
4- ¿No les da pena que se aburra?
5- ¿No están siendo un poco egoístas?
6- ¿No les preocupa que haya mucha diferencia de edad entre los hermanos?
7- ¿Se relaciona lo suficiente con gente de su edad?
8- ¿No lo estarán mimando demasiado?
9- ¿No creen que puede convertirse en un caprichoso?
10-¿Le estás enseñando a compartir con los demás niños?
11-¿No le estás privando de una infancia completa?

Si tendrán otra guagua o no es una decisión absolutamente personal y no te corresponde a ti opinar, ni mucho menos decidir. La segunda es simplemente una pregunta no permitida, eso es intimidad. Si se aburrirá no depende de si tiene o no un hermano, hay más personas en la familia y en su vida.

Asumir que vendrán más hijos tampoco corresponde, así como cuestionar la crianza que están haciendo los padres de este niño que, definitivamente, no está siendo privado de una infancia feliz ni completa por el mero hecho de no tener un hermanito, indica el artículo.