En enero de 2012, la joven estadounidense Melissa Dohme, fue apuñalada 32 veces por un ex novio de la escuela. Cara, cuello, brazos y hombros, estaban cubiertos de sangre y Dohme quedó al borde de la muerte.
La joven de 20 años estaba tendida en la calle y, por suerte, dos transeúntes pasaron y llamaron al servicio de emergencias 911. Cameron Hill fue uno de los primeros paramédicos que llegó al lugar y quien la acompañó hasta el hospital, donde fue internada de urgencia.
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Durante su estancia en el recinto, Melissa perdió el pulso cuatro veces, sufrió un infarto y terminó con un nervio de la cara parcialmente dañado. Lo importante es que finalmente sobrevivió.
Dos meses después de ese feroz ataque, Dohme y Hill se reencontraron en un almuerzo, y desde entonces no se separaron más. En diciembre de ese año, ya estaban de novios.
En 2015 la joven entró a la universidad y se convirtió en una defensora de aquellas sobrevivientes de la violencia doméstica, y al mismo tiempo brinda charlas para advertir a otras congéneres sobre señales de violencia.
Ese mismo año, su novio la invitó a un juego inaugural de caridad del equipo de béisbol Tampa Bay Rays y le pidió que lanzara la primera bola. Apenas ella se posicionó, vio el mensaje que él había dejado escrito en la bola: “¿Te casarías conmigo?”. Claramente, aceptó.
Y el 4 de marzo pasado, finalmente llegó el gran día y la pareja contrajo matrimonio en una zona campestre de la ciudad de Dade City, Florida.
La ceremonia incluyó a 200 asistentes, entre los que estaban familiares, amigos y seis de los bomberos, operadores y médicos que ese fatal día salvaron su vida.
Dohme recibió hace muy poco su última cirugía reconstructiva en el rostro, por lo que lucía radiante y casi no le quedan marcas de esa negra etapa en su vida.
“Jamás me hubiese gustado vivir ese horrible ataque, pero no cambio por nada el estar aquí y ahora“, señaló la joven novia al portal Goodhousekeeping. Y agregó: “Me ha convertido en la mujer fuerte que soy hoy y también me ha llevado a encontrar mi camino como defensora de la prevención de la violencia doméstica. Sé que dios me salvó esa noche para poder hablarle a otras mujeres que sufren en silencio, y por aquellas que han sido silenciadas para siempre porque su abusador logró quitarle la vida. Tampoco hubiese conocido a Cameron, así que creo que fue el destino el que nos unió”.