Muchas veces las personas se sienten atrapadas en un trabajo que a pesar que dé buenos frutos económicos, el estrés y las exigencias terminan por pasar la cuenta.
Esto fue lo que le pasó a Stephanie Synclair, quien a pesar de recibir unos cinco millones mensuales, vivir en una bella casa, en un buen barrio y tener su propio auto, veía con sus propios ojos cómo la vida pasaba sin disfrutarla, y lo peor de todo, es que no estaba siendo una madre presente en el crecimiento de su hijo.
“Cuando volvía a casa del trabajo, prácticamente era la hora de dormir para mi hijo. Me estaba perdiendo momentos, de lo que después me arrepentiría. Y eso me estaba destruyendo”, comenzó relatando a Bazaar.
Lee también: Practicante de medicina fue despedida tras compartir foto con pierna amputada de paciente
“Cuando se volvió natural llorar todas las mañanas camino a mi oficina, comprendí que era momento de hacer un cambio“. Fue en ese momento que se dio cuenta que debía hacer algo con su vida y decidió renunciar a su ‘perfecto’ trabajo sin tener un plan B. “No tenía ahorros, ni tampoco el apoyo de mis amigos y familiares, quienes simplemente no podían entender por qué había hecho eso”, continuó.
Sin embargo, si ella se sentía mejor con ella misma, era lo correcto. Pensó en utilizar sus conocimientos en ventas y marketing de su trabajo pasado para comenzar su propio negocio, comenzando con una consultora en Facebook para lograr un posicionamiento.
“No tenía mi auto propio o mi espacio personal, pero me negaba a deprimirme por las circunstancias“, dijo bastante convencida de que lo que estaba haciendo era lo correcto y así fue.
Después de un tiempo de esfuerzo y lucha para que su negocio fuera un éxito, lo logró, pues sus ingresos llegaron a unos cinco millones trecientos mil pesos chilenos, casi lo mismo que ganaba en su estresante trabajo anterior.
“Se sintió tan irreal el ver el equivalente de mi sueldo corporativo, y todo gracias a mi propio emprendimiento”, comentó.
Además, Stephanie comenzó a disfrutar de su vida junto a su hijo y comenzó a viajar a diferentes lugares del mundo, los que siempre había soñado conocer, y es que al tener sólo un notebook cerca, tenía su trabajo en la consultora controlado.
“Mujeres de todo el mundo me preguntan sobre cómo lo hago para viajar con mi hijo, y al mismo tiempo trabajar. Pero no se dan cuenta que pueden comenzar sus emprendimientos bajo sus propios términos“, agregó.
A esto agregó: “Observa lo que actualmente haces, y pregúntate si es que podrías hacer lo mismo sin tener que ir a la oficina cada día. ¿Podrías hacer esa reunión por teléfono? ¿Podrías hacer esa presentación a través de Skype o Google Hangout? ¿Es realmente necesario que estés presente físicamente para que hagas el trabajo? Probablemente te des cuenta que la respuesta es no”.
Sin embargo, recalcó que el camino a su éxito fue duramente difícil, pero que ‘si hay ganas, se puede’. “Yo sacrifiqué seguridad, independencia y dinero por dos años para transformarme en la coach que quería ser, y crear el futuro que quieres para ti requiere de aquel sacrificio. La idea de crear un negocio independiente desde la nada puede sonar aterrador. Y cuando a eso le agregas viajes alrededor de todo el mundo, puede parecer como algo imposible. Pero les puedo garantizar que es posible”, finalizó.