Ashley Soto de Florida, Estados Unidos, fue diagnosticada de vitiligo -una enfermedad que causa la pérdida de pigmentación en la piel- cuando tenía 12 años, para ella fue impactante el cambio y al mismo tiempo vergonzoso. Sólo quería esconderse del mundo.
Con el tiempo la enfermedad avanzó y se propagó a gran parte de su cuerpo (un 75%), ayudando a que la joven perdiera la confianza en ella misma, a sentirse apartada y diferente de las demás personas.
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“Me sentía muy mal cada vez que alguien se me acercaba y preguntaba por mi enfermedad, sólo lloraba y lloraba. No quería tener esa condición más, quería ser normal. Esto me hizo comenzar a esconderme de la gente porque no quería que ellos se burlaran de mí”, dijo al Daily Mail.
Pero con el paso de los años, ya más madura, la joven comprendió que realmente su enfermedad era lo que la hacía ser especial, entonces decidió hacer algo diferente para demostrarle al mundo que ya no sentía más verguenza de sí misma y menos aún por sufrir de vitiligo.
Fue así como comenzó a usar su cuerpo para expresar su arte, un arte que ya había empezado en su piel con los colores que acompañaban su cuerpo.
“Nunca me había dado cuenta lo hermosa que es mi enfermedad hasta que lo marqué con un lápiz. Me ayudó mucho a ver los diferentes colores en mi piel. Siempre busqué una forma de mirar a mi piel con una luz positiva. Ahora los que otros ven como una imperfección, yo hice que se viera hermoso”, añadió al diario británico.
Desde ese momento Soto comenzó a recrear diferentes trabajos de arte en su cuerpo, incluyendo a grandes artistas como Van Gogh’s. “Gracias a esto he aprendido a aceptarme a mí misma mucho más que antes“, finalizó.
